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Jaime Sabaté, 50 años de Betis: "Eres más largo que mear en una cuesta, me dijo Rogelio"

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
16/09/2023

El 22 de julio de 1973, domingo, llegaba a Sevilla Jaime ('Jaume',) Sabaté Mercadé para fichar por un Betis recién descendido, que tenía la vista fija en el objetivo del ascenso. Sabaté debutó oficialmente con el primer equipo verdiblanco a las órdenes de Ferenc Szusza hace 50 años clavados, en la noche del sábado 1.9.73, en Linares, 'Linarejos', un 0-1 para el Betis (Rogelio, de penalti) que significaba el primer paso hacia el retorno a Primera.

Pero ése de Linares 'sólo' fue el primer partido 'oficial' para Sabaté. En realidad, lo que perdura en la memoria de Jaime Sabaté como su 'real' estreno en verdiblanco fue la aventura victoriosa del IV Trofeo 'Ciudad de la Línea', los días 4 y 5 de agosto de ese 1973, sábado y domingo, donde Sabaté se enfrentó a una serie de situaciones inéditas (o 'chocantes') para un catalán de los años 70 en Andalucía. Alguna describiremos ahora.

Como dicho queda, el Betis de Szusza (que presidía José Núñez Naranjo) regresó a Primera al final de la campaña 1973-74... del mismo modo que el último de Betis de Sabaté, el de 1978-79, también cerraría la temporada con otro ascenso a Primera. Al final de ese curso 1978-79, Sabaté recibió la carta de libertad (algo de lo que se enteró por la radio), después de haberse visto constreñido a un papel secundario en la segunda parte de 1978-79. Pese a ello ("ha sido decisivo que no haya podido jugar los últimos encuentros de la temporada, es difícil que se le dé la baja al que juega con asiduidad"), y cuando ya iba empezando a mandar cosas a su domicilio de Badalona, Jaime aún había jugado un total de 24 partidos (19 en Liga) en el Betis, al cierre de 1978-79. 

En sus cinco primeras, brillantes temporadas con el Betis, hasta 1977-78, Sabaté había superado fácilmente los 30 partidos con el primer equipo e inclusive firmó un total de 41 (incluida la Copa) en 1973-74. "Es el 'defensa libre' más contundente de la plantilla", había dicho de Sabaté en 1978 el defenestrado técnico José Luis García Traid, fallecido en 1990.

Entre 1973 y 1979, Sabaté intervino en 192 partidos oficiales con el Betis; de ellos, 159 completos, marcó un gol (en Santander el 28.11.76, derrota del Betis ante el Racing por 4-3), y vivió momentos 'maravillosos', según su propio calificativo con los dos ascensos, los títulos en tres trofeos 'Ciudad de Sevilla' (1974, 75, 77), otros trofeos importantes, en La Línea y Mallorca.... y, naturalmente, la 'memorable' conquista de la I Copa del Rey, en cuya segunda tanda de penaltis en la final, ya en 'muerte súbita', el defensa badalonés anotó un importantísimo tiro de 'penal'... entre fallos casi letales de Cardeñosa y Alabanda.

Esta misma semana, desde su oficina en Badalona, Jaime Sabaté Mercadé (que también fue directivo en la AFE, Asociación de Futbolistas Españoles y en la Banca Jover, tras entrenar brevemente al Español en 1991-92)... accedió a relatar para 'Muchodeporte' sus mejores memorias de aquellos seis años en verdiblancos. 

Sabaté ha escrito (y presentado) un brillante -y trabajado- libro titulado 'Secretos de una final histórica, la I Copa del Rey', que puede hallarse en las tiendas oficiales del Betis, a cuya Fundación RBB irán encaminados los ingresos por la venta del libro. En ese trabajo, Sabaté 'se mete' de lleno y nos empapa a todos en la trastienda de la gran final del 25-J-1977, a través de su propia memoria, de los recuerdos de sus compañeros y de otros protagonistas. Pero que lo cuente el propio Sabaté...

COMPAÑERO DE DI STÉFANO.- En 1964-65, antes de cumplir 18 años, Sabaté ya jugaba 24 partidos en... Segunda División (Grupo 1, Norte) con el Badalona. La clave fue el logro del Campeonato de Cataluña con su primer equipo infantil, el CD Sistrells, de una barriada de Badalona. El Badalona pasó a reclutar a Jaime/Jaume para sus juveniles... y antes de cumplir 18, el joven defensa ya jugaba en Segunda; inclusive, como lateral diestro.

Una sola temporada más, y el Español ya se interesó por el chico emergido en el Sistrells. Con su primera ficha profesional, Sabaté vistió inicialmente la camiseta blanquiazul entre 1965 y 1967. En la prímera temporada en 'Sarriá', aún lejos de cumplir 20 años, Jaime/Jaume disputó 24 partidos de Liga de Primera División y 6 en Copa de Ferias ante Sporting de Lisboa, Steaua de Brasov... Barcelona (que apeó a los 'pericos'). Todo, alternando en defensa con Mingorance, Riera y Ramoní.

En aquel Español, el joven Sabaté, que apuntaba para buen defensa central ("desde los infantiles del Sistrells jugué de central, como hombre de cierre o en marcaje directo sobre uno de los puntas; hacía muchas cosas por amor propio; la experiencia ya viene después y te va perfeccionando', diría Jaime) y ahí, entre los hombres que iban a apodarse como 'delfines', con el escandaloso presidente Juan Vilá Reyes ('Caso Matesa'), Jaime coincidió con el legendario arquero Carmelo Cedrún y nada menos que con... Alfredo Di Stéfano, en la última temporada como jugador de Don Alfredo, ya al borde de los 40 años.

"Pero incluso entonces, Di Stéfano era un jugador portentoso, de fútbol fácil, que veía la jugada y con un amor propio extraordinario. Sin tener las facultades de sus mejores tiempos, trabajaba y luchaba a fondo en cualquier caso. También llegó Jesús Glaría", iría a recordar en 'Marca', en 1973, un Sabaté recién fichado por el Betis. 

Con ese Español de los 'delfines' (Bergara I, Marcial, Rodilla, Miralles... Cayetano Re) que aún entrenaba Pepe Espada, Sabaté llegó a disputar ante el Betis -sólo jugó en la ida, en 'Sarriá', 2-1, con gol de Di Stéfano- aquella célebre eliminatoria de octavos de final de la Copa del Generalísimo 1965-66, Betis-Español, que despidió a Di Stéfano como jugador de competición: 2-1 y 4-0 para los verdiblancos, en Heliòpolis, en soberana tarde de Joaquín Sierra, 'Quino', autor de sendos grandes goles que se unieron a otras dos dianas de Landa y Rogelio para 'jubilar' a Don Alfredo.

En 1966-67, el escasamente veinteañero Sabaté fue cedido al Lérida (Segunda División). Luego, con el servicio militar por delante, pasó al San Andrés, al que Fernando Daucik llevó a las alturas de la tabla en Segunda, llegando incluso a 'negar' un eventual ascenso del Betis de Antonio Barrios en 1969-70, con un casi mortal 0-0 en Heliòpolis que forzaba a los de Barrios a ganar en Castellón la última jornada... lo que no consiguieron (1-1). Con estos dos empates finales, el Betis de Barrios concluyó cuarto y el ascenso quedó para Gijón, Málaga y el propio Español. El Betis necesitaría otro año más en el 'purgatorio' antes del retorno a Primera, ya en 1971 y como campeón de Segunda.

En aquella temporada 69-70, el gran psicólogo Daucik (checoslovaco; hoy, Don Fernando habría tenido nacionalidad 'eslovaca') llegó a poner en la pizarra de 'Santa Coloma' que el San Andrés golearía por 4-0 al Sporting gijonés, que terminaba la Liga de Segunda el 7.6.1970 en el terreno gualdirrojo 'andresense' como líder ascendido. Y con goles de Yanko Daucik (hijo de Fernando), Parés (2) y Antonio Carbonell, el San Andrés barrió al líder gijonés de Castro, Puente, Valdés, Quini, Churruca... el mismo día en el que el Betis firmaba una durísima tercera temporada seguida en Segunda, con el ya referido 1-1 de Castellón. En aquel equipo 'sangre y oro' de Daucik, Sabaté se alineaba como titular o como uno de los primeros cambios: 80 partidos en total entre 1969 y 1971.

En 1971 y desde 'Santa Coloma', Sabaté regresó al Español (al que Daucik ya había entrenado en 1970-71; el checo Jiri Sobotka y Luis Aloy le sucedieron en el San Andrés), pero en 'Sarriá' se escogió al exdefensa internacional madridista José Emilio Santamaría como nuevo inquilino del banquillo... y el joven defensa badalonés quedó fuera de los duros planes de Santamaría. 

Se conjugaban en contra de Sabaté la tremenda juventud inicial con que llegó al Español, lo que le generó falta de experiencia en momentos difíciles (frente a delanteros como el ilicitano Vavá, Ramón Grosso, Luis Vidal, el internacional zaragocista Marcelino) más el hecho de ser -a efectos prácticos- un 'canterano'; todo junto le fue relegando en los planes de un Santamaría de talante más bien conservador y bastante poco 'experimental' o innovador.

TRASPASO ROCAMBOLESCO: BETIS... Y SEVILLA.- Tras contabilizar un solo partido con el Español de Santamaría en 1971-72, y con Santamaría muy consolidado en 'Sarriá', donde duraría hasta 1977-78, el Mallorca del presidente Juan de Vidal, 'Barón de Vidal' (más tarde, en 1981 procesado por 'apropiación indebida de un dinero del club) fue a por Sabaté... y éste firmó sin dudas por aquellos bermellones del viejo estadio 'Luis Sitjar' o 'Lluís Sitjar'.

En el  Mallorca, en la Segunda División 1972-73, Sabaté jugó 36 partidos a las órdenes, primero de José Luis Saso y después, de Juan Carlos Forneris. Pero... "aunque todo había ido muy bien, el equipo se mostró irregular y acabó en puesto discreto (décimo). Guardo un gran recuerdo de todos, de la afición y del propio presidente Don Juan de Vidal. Pero... (y aquí ya comienza el relato exclusivo de Sabaté para 'Muchodeporte'...

"En el verano de aquel 1973 yo me había casado, era junio y estábamos en viaje de novios, en Las Palmas. Yo ya había hablado con el presidente Vidal que me quería ir traspasado, que quería irme a un equipo 'con cara y ojos'. Él accedió. Total,  el 24 de junio del 73, llamo a casa por teléfono desde Las Palmas para felicitar a mi padre, Juan, por su santo, y mi padre me dice que me han traspasado... al Sevilla. Sí, al Sevilla (NB, entonces, en Segunda División). Por lo visto se había producido una negociación entre Sevilla y Mallorca a cuenta mía y, con todo hecho, acabó deshaciéndose porque dos jugadores del Sevilla que iban al Mallorca, Blanquito y Lebrón, no accedieron al final; además de una diferencia de 25.000 pesetas de entonces. Mi viaje de novios continuó, fuimos a Suiza el 1 o el 2 de julio, y el 18 de julio ya estábamos en Badalona, donde mis padres vivían en la planta baja y yo en el piso. Y las 03:30 de la madrugada aparece mi padre y me dice que le han llamado del Mallorca y que me tengo que ir a Sevilla, que me han traspasado al Betis. Me pareció bien, era un club con nombre, de excelente plantilla y allá que fuimos...".

LA LÍNEA... Y ROGELIO.- Y el domingo 22 de julio de 1973, Jaime Sabaté Mercadé estaba ya en Sevilla, de la mano del secretario técnico Josè María de la Concha Meneses, para fichar por el Betis de Núñez Naranjo... que entrenaba Ferenc Szusza, con idea de regreso inmediato a Primera, tras cruel descenso en el viejo 'Castalia' y la definitiva retirada de Luis del Sol. "De la Concha me llevó a firmar a la Secretaría antigua, 'al' Conde de Barajas. Recuerdo el calor brutal, un calor al que no estaba acostumbrado, así como a la misma forma de vida en general. Y había otro problema. El andaluz es alguien de un hablar muy rápido, corta las palabras y al principio, yo, catalán y que venía de Palma... no me enteraba de nada..."

... "Así que nos montamos en el autobús para La Línea, donde yo iba debutar en el Trofeo de La Línea ('IV Ciudad de La Línea, 3-5 de agosto de 1973'), como a las dos semanas de haber fichado por el Betis. Yo... apenas me enteraba de nada en aquel autobús, de nada de las conversaciones. Me acercaba a Rogelio y Antonio Benítez, pero nada, hasta que fui acostumbrándome y 'pillando'. Ellos me miraban y me miraban, hasta que Rogelio soltó una frase a Benítez que yo no he olvidado nunca ni olvidaré en toda mi vida, que siempre he tenido presente a través de 50 años: "Antonio, este es más 'largo' que mear en una cuesta, que 'una meá en una cuesta". En una cuesta abajo, claro y esto es algo que es absolutamente verdad. Yo nunca he olvidado eso, cómo lo voy a olvidar. Ahí, en ese autobús, sentí que había empezado a adaptarme a aquel equipo del Betis y al ambiente de Sevilla".

"Y además... ganamos el Trofeo de la Línea; yo debuté junto a Esnaola, que también acababa de fichar, y él ya fue decisivo con paradas en los penaltis de semifinal y final, dentro de la buena actuación general de todo el equipo, lo que ya nos dio muchas esperanzas para la temporada de Liga".(El Betis conquistó el 'IV Ciudad de La Línea tras sendos empates, 0-0 con Eintracht Frankfurt en semifinales... y 1-1 tras prórroga ante Os Belenenses, en la final del 5.8.1973; ambos duelos precisaron resolución en tandas de penaltis, decantadas ambas por sendas paradas de Esnaola al alemán Peter Reichel y el portugués Luis Carlos Feijao, además de fallos ante Esnaola de Weidle y Cardoso. Curiosamente, Sabaté siempre había debutado con triunfo en todos sus equipos; con el Español, en Málaga. Con el San Andrés, ante el Córdoba, con el Mallorca en Pontevedra... y con el Betis, al Eintracht, en La Línea".

LOS ENTRENADORES: SZUSZA, IRIONDO...- Hasta cuatro entrenadores dirigieron a Sabaté durante sus seis años en el Betis: Ferenc Szusza (1973-76), Rafael Iriondo (1976-78), José Luis García Traid (1978-79) y León Lasa, en el último tramo de 1978-79. "Todo entrenador tiene virtudes y defectos y, lógicamente, nadie va a tirar piedras a su tejado, pero si yo me tuviera que quedar con un entrenador, éste sería Iriondo, el más inteligente y de menos protagonismo. Otorgó a los jugadores responsabilidad y respeto. Llegó, vio que Benítez había metido tres goles en tres años, jugando de extremo... y lo pasó a mediocampo, donde Antonio fue internacional de inmediato. Fue también Iriondo no sólo el que hizo debutar a Gordillo, sino que, al ver sus facultades bestiales, le retrasó la posición y convirtió a Rafael en lo que ya se pasó a llamar 'carrilero'..."

..."Szusza hablaba mucho, tenía buen trato y buen rollo: 'Chicos, jugad'. Pero yo no puedo olvidar un partido en Zaragoza, creo que en la quinta jornada de la Liga 1975-76 (exacto; 1-2 para el Betis), una Liga que habíamos empezado jugando bien, pero perdiendo en casa y ganando fuera, como en Valencia. Al llegar a Zaragoza, como acabábamos de perder en casa otra vez (Real Madrid, 0-2), Szusza entró en el vestuario, nos dijo, literal: 'Haced lo que os salga de los coj....' y se fue, dando un portazo. Ya no habló más del partido ni de nada, ganamos 1-2, y al día siguiente, los periódicos sólo elogiaban el gran planteamiento de Szusza, ya ves lo que hay que leer". 

"De García Traid, que siempre me respetó mucho, sólo puedo decir que era un hombre que se fijaba demasiado no solamente en él y en lo que pudiera pasarle, que también, sino en cosas que les habían dicho algunos, directivos, incluso jugadores o técnicos, de que el equipo, que había descendido, no estaba bien preparado físicamente; así que nos puso a subir por campos de trigo, cuesta arriba... y al final, todo el mundo acabó sufriendo del pubis. Llegó Lasa en la última parte de la temporada, se ascendió, con lo que todo estuvo bien y a mí ya me dieron la carta de libertad. Viví momentos maravillosos, siempre di el callo, en las duras y en las maduras, tengo un hijo sevillano... y la afición del Betis siempre me respetó. Ya no se puede pedir mucho más".

25-J-77: LA COPA Y LA MAGIA.- La noche del sábado 25 de junio de 1977, en el desaparecido Estadio 'Vicente Calderón' -es la imagen central que preside el 'collage' fotográfico de esta texto, con Sabaté entre Bizcocho y Esnaola- el Betis alzó la I Copa del Rey en histórica final ante el Athletic de Bilbao: 2-2, prórroga... y 8-7 para el Betis a través de dos tandas de penaltis. Pero fue, sin duda, el momento más memorable y entrañable de los seis años verdiblancos de Jaime Sabaté.

... Sabaté tiró -magistralmente- y anotó para el Betis el primer penalti de la segunda tanda, ya en 'muerte súbita'. Llegó, curiosamente, tras los fallos de Cardeñosa y Dani (parada de Esnaola) para cerrar la tanda inicial. El penalti convertido por Sabaté, engañando a José Ángel Iríbar, significó el 5-4... que Amorrortu igualó en 5-5. Más adelante fallaron Alabanda y Villar antes del polémico 'fallo' rectificado por el árbitro García Carrión, de Rojo I, en parada inicial de José Ramón Esnaola. Éstas y así son las memorias de Jaime Sabaté sobre aquella noche mágica a orillas del Manzanares, la 'noche bruja 'del Calderón'...

"Primero, Iriondo nos mentalizó de que la Copa se podía ganar. Todo el mundo hablaba del Athletic y de lo bueno que era, pero Iriondo tenía claro cómo podíamos ganarles. Sufrimos en la semifinal con el Español, como también habíamos sufrido en la semifinal del año anterior con el Zaragoza, que perdimos... y nos pusimos a trabajar los detalles con esa mentalización. Por ejemplo, se ensayaron mucho los penaltis, porque Iriondo pensaba que claramente podía llegar esa situación.,,"

... "Cuando falló Cardeñosa el quinto, nadie quería tirar el sexto penalti. Ahí me vino Iriondo y me dijo: 'Jaime, tírelo usted, que si lo falla no pasa nada'. Y allá que me fui, aún no sé cómo. Iba con las medias caídas por calambres en un partido tan largo. Si llevo puesto un 'Dodotis', lo mancho. Un amigo mío norteamericano de la Base de Rota tomó la foto de cuando estoy marcando, con Iríbar a un lado, y el balón al otro, junto al poste. Cuando entró el balón, sólo puedo decir que me deshinché como un globo. Imagina. Pensaba que no iba a tirar ningún penalti, y de repente, cuando me fui para Iríbar, aquello parecía la calle Sierpes de cómo estaba la portería de gente, aficionados del Betis, fotógrafos, periodistas... eso ahora es impensable".

"Todos los detalles, todo lo que he hablado con mis compañeros, cosas que no se habían revelado nunca, están en mi libro "Los secretos de una final histórica", que se vende en las tiendas oficiales del Betis, con los beneficios para la Fundación del Betis, yo no veo un euro. Ahí está la foto que tomó mi amigo norteamericano, desde arriba, desde un ángulo inédito (NB: imagen que también va en nuestro 'collage') y ahí se cuentan otras cosas... por ejemplo, cómo se lanzaron un total de 21 penaltis porque García Carrión mandó repetir el que falló Chechu Rojo, que ya nos daba el triunfo Y eso provocó que Esnaola le tirara los guantes al árbitro, algo que casi nadie vio en aquellos momentos; yo no lo vi al menos, sólo lo he comprobado cuando me lo ha contado Esnaola para el libro. Observa cómo, en la foto en la que.Esnaola e Iríbar se dan la mano, Esnaola ya no lleva guantes. Esnaola había salido corriendo cuando García Carrión mandó repetir el penalti de Rojo y le tiró los guantes al árbitro a la cara. Ya en los otros penaltis que van tras el de Rojo, incluido el final de Iríbar, el último, Esnaola está en la portería... sin guantes".

"ESTAMOS MUERTOS".- Al arrancar la primera semana de mayo de 1978, tras caer por 4-2 en Valencia, el Betis tenía el 99,9% de papeletas para un nuevo descenso... que nadie quería anticipar o creer. Pero en ese mismo arranque de mayo de 1978, uno recuerda perfectamente a un reflexivo Jaime Sabaté en Heliòpolis, junto al césped del Betis y ante los periodistas que cubrían el 'día a día' de aquel Betis, con una interrogación colectiva que era como todo un presagio: "¿Es cierto que al Hércules y al Burgos les vale el empate para salvarse?" Ante la respuesta afirmativa, Sabaté sentenció, y uno así lo atestigua: "Pues si es así... estamos muertos".

Y efectivamente, el Betis de Iriondo, el hermoso campeón de Copa de 1977, aquella noche bruja 'de los 21 penaltis' en el Manzanares, el cuartofinalista de la Recopa de Europa 77-78, se fue a Segunda en la tarde ardiente del domingo 7.5.1978, pese a vencer por 1-0 a la gran Real Sociedad de Luis Miguel Arconada, Idígoras, Satrústegui, Alonso, Zamora... 

... Pero en Alicante, ese mismo 7 de mayo de 1978, Hércules y Burgos cumplieron 'su' parte inexorablemente con un impenetrable 0-0 que les ponía a buen recaudo. "Estaba claro que tenía que ser así", analiza hoy Jaime Sabaté, antes de otra revelación. "Antes de aquel partido de Alicante, del Betis se habían destinado 15 millones de pesetas para cualquiera de esos dos equipos que quisiera cogerlos por ganar; pero ninguno quiso hacerlo. Lo que yo nunca diré es quién llevó ese dinero a Alicante. Pero no, no fue Lopera, para nada. Aunque él también anduviese por allí".

LA AFE... Y LA EMOCIÓN.- En  ese mismo verano de 1978, Jaime Sabaté ya era el delegado de la AFE ('Asociación de Futbolistas Españoles') para los primeros equipos sevillanos. A partir de 1975, Jaime/Jaume uno de los fundadores de la AFE y estuvo entre los más activos ante la declaración de conflicto colectivo en la temporada 1978-79; en marzo de 1979, exactamente. 

"Lo de la AFE venía desde 1975 cuando un grupo ya firmamos una primera carta fundacional que después le tuve que recordar a Iríbar y Amancio, cuando llegó un momento en el que ellos, los dos, me dijeron que nada habían tenido que ver. '¿Cómo que no, si tengo la carta firmada por vosotros?', les dije. Y les enseñé la carta. Dijeron que no se acordaban. Pero en fin... en aquellos tiempos, lo único que había que dejar claro es algo hoy tan obvio como que los jugadores éramos unos trabajadores como tantos otros, con obligaciones... pero sin derechos tan elementales, que entonces no teníamos, como las garantías de cobro, los derechos de imagen, el fin del derecho de retención... "

En entrevista para 'El Correo de Andalucía' con José Manuel García, el 30 de junio de 1978, Sabaté establecía así de rotundamente: "Los jugadores no somos esclavos de nada ni de nadie. Somos, simplemente, unos trabajadores que tenemos unas obligaciones , pero no tenemos derechos". Y, sobre sí propio, reflexionaba Jaime a J. M. García: "No tengo más secreto que trabajar y trabajar. Todos los jugadores tenemos un 25 por ciento a favor y un 25 por ciento en contra. El resto, el 50 por ciento, depende de las circunstancias, de la suerte. Yo, lo que intento es cumplir y trabajar al máximo para que mi rendimiento sea del todo positivo..." 

Para Jaime Sabaté Mercadé y para el Betis han pasado 50 años desde aquel septiembre de 1973. Ya no están aquí con nosotros aquellos compañeros del alma: Rogelio, Benítez, Alabanda... Attila Ladinsky, Gerrie Mühren. La emoción más fuerte asoma en las palabras de Sabaté cuando la entrevista termina: "Procuro pensar muy poco en todo eso. Supe que estaban enfermos Rogelio y Antonio Benítez, me enteré de todo... pero sólo me desmoroné en presencia de la mujer y del hijo de Alabanda, que era mi compañero y mi amigo, el día de la presentación del libro, en el campo del Betis. Entonces caí en la cuenta de que no había podido despedirme de todos ellos, ni de Sebastián, porque cuando su entierro, yo estaba de viaje... y se me vino todo encima, ahí me desmoroné. Y no puedo olvidar cuando vi a Gerrie Mühren por última vez. Había ido a Amsterdam a una reunión de la FIFPRO, la Federación de ex Profesionales Europeos, con Ramón Alfonseda de presidente. Pregunté por Mühren, dónde vivía, y llegué a ir a su casa de Volendam, a 40 kilómetros de Amsterdam. Allí, el hijo me dijo que Gerrie estaba en Amsterdam, recibiendo tratamiento. Fui a ese hospital y allí me lo encontré, sentado en una silla con tubos de transfusión. Gerrie Mühren alzó la cabeza, me reconoció y me dijo: 'Jaime, estoy muy mal'. Le hacían una transfusión de sangre cada dos días. Murió como un mes después o así. No se me olvidará aquello". Gerrie Mühren, el 'Mariscal' neerlandés del pueblo pesquero de Volendam, del gran Ajax de Cruyff y del sensacional Betis de mediados de los años 70 falleció en septiembre de 2013; cáncer linfático. 

Cualquier cabecita o corazón bético que asome por Badalona debería recordar que en esa misma Badalona reside una de las mejores piezas de la mejor historia del Real Betis Balompié. "Badalona es mi casa; aquí estaré ya siempre. Pero el Betis estará y vivirá aquí, conmigo y dentro de mí", se despide Jaime Sabaté Mercadé. Con tanta emoción...



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