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Una modernización necesaria y una jubilación dorada

MÁS MADERA

Pepe Elías
Pepe Elías
18/06/2019
Haro y Catalán ha explicado a los béticos los argumentos por los que han...”

Los béticos ya han tenido ocasión de escuchar a los principales protagonistas del último 'terremoto' en el que el club se ha visto inmerso y que se ha saldado con la salida no deseada -por ellos y buena parte de la afición- de los dos máximos responsables deportivos del último bienio, Quique Setién y Lorenzo Serra Ferrer, quienes con sus aciertos y errores han sido piezas clave en el crecimiento continuado que el Real Betis está experimentando en todas sus parcelas desde la llegada de Ángel Haro y José Miguel López Catalán, artífices principalísimos de la transformación radical sufrida por el club en estos últimos tiempos.

Uno escuchó a un Setién resignado, a un Serra dolido -como lo está López Catalán tras las acusaciones de este- y a un Haro realmente brillante en su exposición de este martes, en la que ha detallado con voz firme y argumentos sólidos los motivos que han llevado al Real Betis Balompié a acometer esta remodelación del organigrama deportivo de la entidad, en la que el balear, todo un mito del beticismo, no ha querido representar el nuevo papel que le asignaban, con un cambio de funciones que a la postre no iba acompañado de rebaja salarial, tal y como le propuso López Catalán en un último intento por convencerle de que siguiera embarcado en el proyecto, pues los consejeros delegados eran bien conscientes de lo impopular de su marcha por el gran predicamento que tiene entre la afición, pese a lo que siguieron adelante con sus planes de modernización.

Haro y Catalán habían detectado deficiencias en el funcionamiento de la parcela deportiva y llevaban meses preparando una profunda reestructuración del organigrama, con la idea de potenciarlo, modernizarlo, introducir una nueva metodología de trabajo y repartir las distintas áreas especializadas y responsabilidades entre varias personas, por lo que Serra dejaría de estar al frente de la pirámide ejecutiva del día a día para pasar a realizar labores consultivas, con peso a la hora de la decisión final sobre los fichajes y otros asuntos de relevancia, tal y como se le propuso cuando vino en mayo de 2017, antes de la marcha del entonces director deportivo, Miguel Torrecilla, tras la que el balear sí asumió unos galones -y un salario- no inicialmente previstos. "Las personas van y vienen en las empresas y en los clubes de fútbol, y queremos implantar una estrucutura, un procedimiento y un proceso en el que los cambios de personas no afecten a la entidad. Eso es lo que perseguimos con la modernización del Real Betis Balompié", ha explicado Haro en su extensa alocución. Un 'nadie por encima del escudo' en versión 3.0, en estos tiempos en los que 'Big data' y la inteligencia artificial ya están a la orden del día en todo lo que nos rodea, incluido por supuesto el mundo del fútbol, que no es ajeno a este cúmulo de innovaciones y herramientas que cuanto antes hay que implementar para seguir creciendo.

Los cambios ya empezaron en marzo dándole la dirección de la cantera, que también ostentaba Serra en última instancia, a Miguel Calzado, tras pulsar la opinión de todos los entrenadores y técnicos de la casa, y han continuado con el reforzamiento de la secretaría técnica con la llegada de Ángel Luis Catalina y Jesús Sánchez, a los que se sumarán hasta casi una docena de nuevos ojeadores. Alexis Trujillo pasará a ser coordinador de todas esta áreas y miembro de la comisión deportiva -en la que también iba a seguir Serra-, donde será tenida muy en cuenta la voz del nuevo entrenador, Rubi, así como la de los responsables de las distintas áreas.

Entre las deficiencias detectadas, Haro ha explicado que "la práctica totalidad de los fichajes realizados en estos dos últimos años han sido opciones de mercado u ofrecimientos de agentes que luego eran chequeados por la dirección deportiva", y no apuestas directas de esta, echando en falta propuestas del departamento de scouting en los momentos en que esas opciones de mercado no surgían, "como pasó en el pasado mercado invernal, cuando dejamos salir a Sanabria porque pensamos que iba a llegar un delantero mejor, pero luego las propuestas que tuvimos sobre la mesa solo fueron las de Morata, Bakambu o Milik, todas la cuales se iban de nuestras posibilidades". Luego apareció también la opción de Slimani, según explicó Haro ya fuera de micrófonos, delantero argelino del Leicester cedido en el Fenerbahçe, con el que solo ha jugado un partido de Liga y dos de Copa desde enero.

Aparte de las deficiencias en la labor de cantera, la falta de comunicación con el entrenador y cuerpo técnico del primer equipo ha sido otro de los argumentos esgrimidos por Haro para justificar el cambio de rol. Serra ya reconoció que el fichaje de Setién no fue idea suya, aunque refrendó su llegada, si bien luego nunca ha mantenido buen 'feeling' ni sintonía con el cántabro, al que ante la comisión deportiva, eso sí, "solo propuso destituir -explicó Haro- a falta de cuatro partidos, tras la derrota con el Levante".

Trabajar a las órdenes de Serra no es nada sencillo, como bien saben todos lo han hecho en un momento u otro de su dilatada carrera, de ahí que Haro y Catalán optaran por relevarle de la cima de la pirámide del organigrama para mantenerlo de vicepresidente y asesor -sin personal a sus órdenes-, a la postre con el mismo sueldo de director deportivo, una especie de jubilación dorada que para sí ya quisieran la mayoría de los mortales y que el balear ha entendido que era una humillación hacia su persona. Igual que López Catalán, Haro y la práctica totalidad del consejo entienden que Serra ha sido muy injusto al echar a los leones al primero por hacerlo responsable casi único de su marcha, cuando esta remodelación y cambio de rol está respaldada por todos ellos, presentes hoy en la rueda de prensa y autores de los aplausos que se escucharon al acabar sus alocuciones tanto Haro como Catalán.

Los béticos ya han escuchado todas las versiones y pueden hacerse una idea de lo que ha acontecido estos días. Cada uno tendrá su opinión y podrá hacer su juicio de valor, aunque ya es hora de pasar página y mirar de nuevo al frente, pues nada es verdad ni mentira y todo depende del cristal con el que se mira. Cada uno tendrá sus razones y es hora de que todos -incluidos los periodistas, pues la inmensa mayoría, unos más que otros, eso sí, estábamos muy despistados respecto al funcionamiento interno del club en su parcela deportiva- hagamos autocrítica, también, por supuesto, los propios aficionados, pues la crispación vivida este año en las gradas del Benito Villamarín, con el equipo peleando por meterse en una final de Copa, luego ser cuarto o meterse en Europa hasta la penúltima jornada, uno, la verdad, jamás la había presenciado. Y lo dice uno que ha visto al Betis jugar en el Palamós-Costa Brava, Las Llanas, Castalia, el Camp d'Esports, Santa Isabel, Las Gaunas o el Viejo Sardinero, por citar solo algunos de los más añejos que ha visitado en los últimos 38 años siguiendo al equipo del escudo de las trece barras, el por siempre y para siempre Real Betis Balompié, que en mi opinión sigue estando en muy buenas manos.