Aunque de la forma más inesperada, porque llegó cuando menos lo merecía, el Betis casi celebraba la victoria que le tenía que dar la tranquilidad que tanto necesita. El Betis ganaba al Rayo 2-1 con un gol de Verdú que valía su peso en oro, pero no pudo ser. Cuando pintan bastos qué difícil es cambiar el rumbo del destino. Una jugada que no se puede permitir un equipo en la situación del Betis, propició el 2-2 que dejó Villamarín de piedra. Empate con amargo sabor a fracaso.
Pepe Mel tiró por el camino más corto. Metió desde el inicio a la gente que tiene y debe sacar esto adelante, con Rubén Castro, Jorge Molina y Vadillo arriba, y le dio la camiseta a Salva Sevilla en detrimento de Verdú, para que conectase con esa delantera, aunque ahora mismo muy mermada por diversas razones. Y lo cierto es que el Betis, aunque sin gobernar el encuentro, porque demostraba ser frágil, sí que era mucho más incisivo y peligroso que el Rayo. Los dos equipos demostraban por qué les hacen tantos goles, pero arriba, el Betis se parecía más a sí mismo que el Rayo. Y llegó el gol, uno solo en la primera mitad, de Amaya, pero ocasiones hubo varias, muchas para ser equipos de tan abajo. No estuvo especialmente fino Jorge Molina en la definición. Fuera de forma evidentemente Rubén Castro. Lento Salva Sevilla en los metros finales. Poco participativo Vadillo... Pero con todo eso, mejor el Betis que el Rayo y la diferencia, al descanso, tuvo que ser mayor.
Tras el descanso, propuesta clara. El Betis apostaba por lo mismo, pero pensando un poco más en la parte de atrás. El Rayo, al contrario. Y cosa de detalles, Rubén Castro estrelló la primera ocasión verdiblanca de la segunda mitad en el travesaño, y a la siguiente jugada, Jonathan Viera realizaba un disparito, y Sara lo convertía en asistencia de gol a Bueno. De repente un empate que ponía el contador a cero pero con los nervios a flor de piel.
Mel empezó a mover el banco. Metió a Verdú por Molina. En principio, menos gol, más control y juego. El Rayo tenía más el balón y había que pelear por él. Además a Jorge Molina, que arrastra problemas musculares desde hace semanas, se le veía muy pesado. Luego, Juan Carlos por Salva Sevilla. Paso atrás por tanto en lo del control, pero apuesta por la velocidad. Mensajes contradictorios en lo táctico, pero posiblemente cambios adecuados por las sensaciones que mostraban los sustituidos, aparentemente agotados.
Se vivieron minutos con mucha incertidumbre, con el miedo a perder de los dos equipos muy evidenciado, y con muy poca calidad. Era un ir y venir plagado de errores. Con ese malestar generalizado en la grada y en el césped, el entrenador decidió agotar los cambios: Chuli por Vadillo. Pitos. A ninguno pero a todos. Se mascaba la tragedia porque el Rayo ya mandaba claramente en el juego. En mitad de ese manicomio, lo que Sara le dio al Rayo, Cobeño se lo devolvió al Betis. Un despeje de horrible portero le dejó un balón claro a Verdú que resolvió con calidad. Lo único bueno que hizo el gélido jugador, que emplea más genio en la celebración de los goles que en el juego. No se sabe bien cómo, pero ya estaba en el zurrón lo único que importaba, el triunfo. Pero este Betis está desquiciado y no supo matar el partido cuando notó el viento a favor. El castigo, el rejonazo de muerte, llegó en una acción muy bien ejecutada por el Rayo pero de una sencillez inexplicable para poder burlar la defensa de un equipo que se estaba jugando tanto en esos minutos finalmente fatídicos. Terrible.
Real Betis (2): Sara, Juanfran, Amaya, Jordi Figueras, Nacho, Lolo Reyes, Nono, Salva Sevilla (Juan Carlos, minuto 58), Jorge Molina (Verdú, minuto 55), Vadillo (Chuli, minuto 65) y Rubén Castro.
Rayo Vallecano (2): Cobeño, Tito, Galeano, Saúl, Nacho, Baena, Trashorras (Adrián, minuto 63), Lass, Jonathan Viera, Iago Falqué (Bueno, minuto 23) y Larrivey (Nery Castillo, minuto 69).
Goles: 1-0, minuto 26: Amaya. 1-1, minuto 51: Bueno. 2-1, minuto 81: Verdú. 2-2, minuto 91: Bueno.
Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes, cántabro. Amarillas para Saúl, Baena, Larrivey, Jonathan Viera, Salva Sevilla, Nono, Chuli y Tito.
Es el jefe
Un gol y las mejores aciones defensivas de su por otra parte débil defensa.
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