La visionaria dirigencia del Betis, cuyo presidente –en pleno delirio ególatra– se autocalificó como “el mejor de la historia” por declaraciones apócrifas e interpuestas de Caro Ledesma, tiene a su alcance una de esas acciones comerciales agresivas para expandir la marca en un mercado emergente. El mejor futbolista bético de la temporada, sin lugar a dudas, ha sido Wu Lei y un homenaje, quizá con erección incluida de broncíneo monumento, haría aflorar el universal nombre del club en todos los dispositivos móviles de China, mil y pico de millones de potenciales consumidores al coleto. Porque si el delantero del Espanyol no llega a fallar el jueves ante Joel Robles, madre mía, ni pensar quiero… Su error bien vale un viaje a Pekín.
Cumplido con éxito el objetivo de la permanencia, el único posible cuando la política deportiva queda en las manos amateurs de Josemi y de su niño, el partido de La Nucía perdía todo interés competitivo. Por eso, tan injusto como pedirle al Betis ambiciones europeas sería contemplar el duelo ante el Levante desde el prisma miope del resultado. ABA ha adquirido para su proyecto un tiempo de planificación precioso del que carecerán esos clubes anclados al vicio antañón de pelear por la séptima plaza, incluso por la cuarta si hay suerte. ¡Qué tontería! La próxima Liga, que será la buena, empieza el 12 de septiembre, una fecha a la que el equipo verdiblanco llegará sincronizado como un reloj suizo (¡helvético!) mientras los rivales aún andarán en fase de ensamblaje. Ventajas brindadas, otra más, por el consejo de administración que los profesionales deberán aprovechar.
Un futuro preñado de esperanzas, o sea, anunció este partido en el que Alexis comenzó a pergeñar el germen del proyecto que hará feliz a los béticos. Un tiempo entero para Juanmi, delantero de tronío al que fue anulado un gol por la cruel minuciosidad del linier, pero que se rehízo para marcar al final. Fichajazo. Y la vuelta a una convocatoria de Javi García, renovado en agosto para conformar en breve un doble pivote de cemento armado con el recién fichado Guido Rodríguez. No se ha visto nada parecido desde que Mazinho y Mauro Silva ganaron el Mundial en Pasadena, y aún puede superarse aquel mediocampo si se persiste en la cesión de Aleñá para que aporte las gotas de fantasía que en el verano de 1994 era incapaz de poner Dunga.
Esta planificación adelantada supone la verdadera sustancia de un mediodía en el que sólo los inquisidores de la exigencia paroxística se detendrán en la anécdota de la goleada. Porque ninguno de ellos, en su iniquidad, recordará que antes del minuto de juego pudo haber cambiado la historia (y relanzar las aspiraciones europeas con otro resonante triunfo) si Jaime Latre llega a considerar como penalti una caída de Fekir. En dos detalles se apoyó el malvado trencilla para no atender la reclamación de los visitantes: que el lance fue fuera del área y que nadie tocó al francés, otra prueba más de que la historia confabula contra ABA. Después de eso, ¿qué importancia cobra la defensa de papel de un Bartra despatarrado en los dos primeros goles? ¿A quién le importa que Joel Robles recogiese de la red todos los disparos dirigidos a su portería? ¿Para qué evitar la indolencia? ¿Por qué deberían entregarse los pases a los compañeros? No pasa nada. Todo lo que tiene alguna importancia se hace bien en el Betis. Incluso muy bien. Lo deportivo no termina de funcionar, vale, pero ya sonará la flauta. O no.
Levante UD (4): Aitor Fernández, Miramón, Rubén Vezo, Postigo, Clerc, Rochina (Roger, minuto 65), Radoja (Rober Pier, minuto 87), Campaña, Bardhi (Hernani, minuto 65), Morales (Melero, minuto 65) y Borja Mayoral (Sergio León, minuto 74).
Real Betis (2): Joel Robles, Sidnei, Batra (Guardado, minuto 58), Feddal, Barragán (Tello, minuto 46), Guido Rodríguez (Juanmi, minuto 46), William Carvalho, Álex Moreno, Canales, Fekir (Lainez, minuto 83) y Loren (Borja Iglesias, minuto 74).
Goles: 1-0, minuto 21: Borja Mayoral. 2-0, minuto 35: Bardhi. 3-0, minuto 50: Morales. 4-0, minuto 58: Rochina. 4-1, minuto 69: Canales. 4-2, minuto 86: Juanmi.
Árbitro: Jaime Latre, aragonés. Amarillas para William Carvalho, Borja Iglesias, Feddal y Barragán.
Volvió con golito. Premio para él.
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