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Miguel Ríos, 28 años después de su triunfo, se despide del Maratón de Sevilla

Carlos Carrión
Carlos Carrión
20/02/2020

23 de febrero de 1992. En un año tan especial para la capital hispalense y como escaparate internacional a la inminente celebración de la Exposición Universal, la organización, preocupada más por esa imagen exterior, invirtió en traer a los mejores especialistas del momento a la octava edición del Maratón de Sevilla. Pero contra todo pronóstico fue un ‘desconocido’ cordobés, nacido en Puente Genil y apodado ‘Chicuelo’, quien se alzó con la victoria con un tiempo de 2.15:31, la segunda mejor marca andaluza de entonces. Este próximo 23 de febrero, 28 años después de su hazaña, Miguel Ríos, a sus 61 años, correrá su último maratón en Sevilla, donde también corrió por primera vez en 1985. Y días antes de su último capítulo, Muchodeporte habla con el atleta pontanés.

“Yo no sabía que iba primero”. Es lo que suelta cuando empieza a describir el maratón de 1992. “La gente me decía que llevaba a tres o cuatro por delante y recuerdo que sobre el kilómetro 30 pillé a dos africanos pero lo que no sabía era que por delante quien  estaba era Diego García, que iba haciendo de liebre y ya había abandonado”. Fue a su paso por el estadio Ramón Sánchez Pizjuán cuando le dan la noticia. “Me dicen que voy primero y no me lo creía. Pero me da por mirar hacia atrás y me encuentro todas las cámaras enfocándome”, recuerda. 

De ahí a la Plaza de España hizo el trayecto en solitario “y con una ampolla en el pie” que hizo peligrar su victoria. Unos 10 kilómetros de emociones inolvidables. “La gente se me arrodillaba y me aplaudía sin parar”, describe. Y cuando cruzó meta, “me quedé como ciego”, por la emoción de su triunfo, y cuando volvió a abrir los ojos “estaba abrazado a un amigo”, apunta. Fue entonces cuando el nombre de Miguel Ríos quedaba por siempre para la historia del Maratón de Sevilla al conseguir el triunfo en una edición tan significativa. 

Una prueba que este domingo, poco antes del pistoletazo de salida, le rendirá un merecido homenaje al atleta cordobés, que va a correr por última vez un maratón. Lo hará otro 23 de febrero, como en 1992, con la camiseta que ganó en Sevilla aquel año, la del club Atletismo Rinconada, y con el mismo dorsal, el 666. Espera hacer un tiempo de poco más de tres horas pero el reloj será lo de menos porque “Sevilla me lo ha dado todo y este domingo solo quiero disfrutar y darle las gracias al atletismo por todo lo que he vivido”, añade. Después de este domingo Miguel Ríos seguirá con su escuela, que reúne a unos 500 jóvenes, y que se reparte por siete pueblos de Córdoba y tres de Sevilla: Casariche, La Roda y Badolatosa. “Les intento inculcar el respeto y que tomen el atletismo como una forma de vida”, finaliza.