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Historias de una edición histórica del Maratón de Sevilla

Carlos Carrión
Carlos Carrión
24/02/2020

Los corredores de elite acaparan toda la atención de las cámaras durante la carrera pero un maratón suele tener tantas historias y protagonistas como atletas inscritos y además, como ya saben, este domingo se ha batido cualquier registro y se han vivido momentos igualmente para el archivo de la prueba. A continuación citamos algunas de las historias de una edición histórica del Maratón de Sevilla. 

Un maratón que por última vez ha corrido uno de sus campeones, Miguel Ríos. El atleta de Puente Genil (Córdoba) lo ha hecho con la camiseta y el dorsal que llevó en 1992, cuando protagonizó una de las grandes hazañas en la historia del Maratón de Sevilla alzándose contra pronóstico con el primer puesto en un año tan señalado en la ciudad. En Sevilla corrió su primer maratón y, ahora también, el último, por lo que la organización le rindió un merecido y emotivo homenaje antes del pistoletazo de salida. 

Unos se despiden y otros se estrenan, caso del ilustre Fermín Cacho. Tras el intento fallido el año anterior, esta vez sí completó la mítica distancia de los 42 kilómetros y 195 metros, emocionando a los presentes cuando en línea de meta se fundió en un abrazo con Abel Antón, uno de los embajadores del Maratón de Sevilla junto a Martín Fiz. 

Y qué decirles que ya no sepan de esos cinco finishers que han hecho todas y cada una de las ediciones del maratón hispalense. Para uno de ellos, Julio Molina, no era un maratón más porque el atleta sevillano volvió a completar la prueba y desde ahora forma parte de ese selecto grupo de elegidos que han hecho cien o más maratones. Otro sevillano, José Manuel Roás, sigue haciendo feliz a su hijo y a todos a través del atletismo. Ambos se apuntaron otro maratón y lo hicieron en un tiempo ejemplar. 4.06:24.

Por su parte, Eric Domingo y su madre Silvia, que sufre esclerosis múltiple desde hace años, también levantaron cientos y cientos de aplausos. Se quedaron muy cerca del récord Guinnes de un maratón empujando una silla de ruedas. Entraron en meta en un tiempo de 3 horas y 30 segundos, quedándose a solo dos minutos de ese mejor tiempo. Una edición del Maratón de Sevilla que llenó las calles de la ciudad de color y alegría y que, a buen seguro, ha marcado un antes y un después al pulverizar todos sus registros en lo deportivo y también en lo económico.