Un corderito en los campos grandes

Miguel Ángel Chazarri 21/10/2018

El Sevilla de los éxitos tiene pocas asignaturas pendientes. Lo ha ganado todo, ha jugado partidos épicos, le ha ganado en finales a rivales de todo pelaje, ha traído plata por tierra mar y aire… Aunque sí que le queda algo que no termina de solucionar: su imagen en los campos grandes.

La fuente inagotable de datos que es el periodista de la Cadena Cope Pedro Martín arroja una luz que dice mucho del comportamiento de los nervionenses no solo cuando acuden al Bernabéu y el Camp Nou. Ni siquiera cuando iban al Vicente Calderón y ahora al Wanda Metropolitano. Incluimos en el siguiente serial, que desde luego no es para presumir, los enfrentamientos en campos como Mestalla y San Mamés, dos rivales siempre duros pero que han pasado apuros en las últimas campañas. En el caso del Athletic, aún sigue con sus dificultades. Pues bien, el Sevilla, en los estadios de sus rivales históricos, ha logrado en las siete últimas ligas la irrisoria cifra de 3 puntos de 93. Cero ante el Barça en siete partidos, otro cero ante el Madrid en seis encuentros, cero también frente al Athletic en seis choques, un punto ante el Valencia en seis partidos y dos ante el Atlético de Madrid en otros seis partidos. Es decir, no ha ganado nada. Ni un encuentro. Ni siquiera de casualidad. Dato muy feo, difícil de alcanzar aún proponiéndoselo.

Ni que decir tiene que la dificultad en dichos escenarios es máxima, pero igualmente el nivel de las plantillas del Sevilla de los últimos años ha debido de dar para mucho más. Parece que a lo máximo que aspira el equipo en esos choques es a no salir goleado, cosa que tampoco logra siempre, pues le ha caído una lluvia de goles más de una vez, de dos y de tres. El ejemplo fue el reciente partido ante el Barça. El equipo salió dormido, sin fe, desconcentrado en las marcas. A los doce minutos ya estaba el choque prácticamente resuelto, pues pretender remontar dos goles en Barcelona, aun sin Messi, es misión imposible. Es cierto que terminó gozando de ocasiones, pero cuando el Barça ya jugaba con el marcador y administraba esfuerzos. Y además también los blaugranas pudieron ampliar su cuenta con varias oportunidades a su favor.

Sin esconder las muchísimas virtudes del Sevilla de los últimos tiempos, no hay duda de que en los campos grandes se arruga. Sale ya del vestuario con uno o dos goles encajados. El corderito se sabe degollado antes de que el árbitro pite el inicio del encuentro. Así es imposible. Inexplicable.

Imagen: sevillafc.es