Todos a Nervión

Miguel Ángel Chazarri 22/03/2019

La Décima edición del Trofeo Antonio Puerta cuenta este viernes (20.45 horas) con la presencia del equipo señalado, el que no podía faltar en una edición del homenaje al malogrado jugador. Aterriza en el Sánchez-Pizjuán el Schalke 04, unido para siempre al recuerdo del sevillismo y que por unas horas traerá al recuerdo los nombres de Bordon, Asamoah o Kuranyi, aquellos futbolistas a los que hubo que superar en la final anticipada que se vivió en Nervión. Fue posible gracias al zurdazo seco de Puerta en el minuto 100, para gozo de un Sánchez-Pizjuán que de repente se desató y se quitó la losa de décadas de mediocridad, de malditismo, de su tendencia inapelable a pinchar en las noches claves. Era aquel Sevilla una entidad nada dada a la alegría, una más del montón, con una inercia pobre y al mismo tiempo cómoda, y que únicamente aspiraba a alguna clasificación para la Uefa, y esporádica, y a ganar los derbis. Aquel gol lo cambió todo. Entró a chorros la confianza, las ganas de tocar plata, el no pararse pese a lograr la hazaña de jugar una final. Porque conviene recordar que el objetivo era ése y no otro: jugar una final. Y luego ya…

Desde entonces, son dieciocho las disputadas y nadie mejor que Maresca, el primer futbolista que abrazó a Puerta, para rememorar lo vivido. "Han pasado unos cuantos años, pero de todas maneras fue algo memorable e importante. Éramos poco conscientes de lo que pasaba en ese momento. Pasados los años podríamos haberlo vivido de manera diferente. Ahora que el Sevilla juegue una final es algo casi normal, pero entonces era algo nuevo y por eso aquel equipo se diferencia de todo lo que ha venido después". Maresca no podrá estar presente en el palco, pues ahora trabaja como ayudante de Pellegrini en el West Ham, pero sí otros compañeros de Puerta que lucharon en aquel partido mágico, con media ciudad, media Feria paralizada desde tempranas horas a la espera del alegrón. El club anuncia sorpresas para que la noche responda a la expectativas de un homenaje con todos los honores. No es para menos. El de Puerta es hoy día un Trofeo plenamente recuperado y a la altura de la memoria del niño de Nervión que se fue.