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Un giro de 180 grados en 365 días

Javier Santos
Javier Santos
23/12/2019

La vida de Tomas Vaclik es más tranquila de la mano de Julen Lopetegui que cuando el banquillo era ocupado por Pablo Machín. De completar unos excelentes 18 primeros partidos la temporada pasada a base de parar muchos de los tiros que le hacían a un Sevilla ultraofensivo, el meta checo ha pasado a coleccionar encuentros con pocas intervenciones en un Sevilla que prioriza ahora el aspecto defensivo. De hecho, sólo Jan Oblak (9), portero del Atlético de Madrid, ha dejado la portería a cero más veces que Vaclik (8) de los que han jugado todos los 18 encuentros de la Liga. Con permiso de Unai Simón (8 veces en 16 partidos) y Thibaut Courtois (7 en 14), son los dos porteros que más destacan en esta faceta.

Un aspecto, el de acostumbrarse a dejar la portería propia imbatida, que destacó Lopetegui, entrenador sevillista, durante el verano como objetivo prioritario. Vaclik lo había conseguido en cinco ocasiones en la temporada pasada, aunque interviniendo en bastantes ocasiones, lo que le llevó a ser uno de los jugadores más destacados del Sevilla de Machín. Ahora sigue a un gran nivel, pero interviniendo menos. En Mallorca sólo le remataron una vez a puerta, como el Osasuna, el Celta y el Valladolid, dos el Espanyol, ninguna el Alavés ni el Granada, mientras que en un campo como Mestalla sólo recibió tres, y dos de uno de los equipos más ofensivos, la Real Sociedad.

El sistema defensivo sevillista funciona y en Nervión se congratulan por ello, ya que consideran que es un aspecto más determinante que el de goles marcados a la hora de ordenar a los equipos en la tabla clasificatoria. Atlético (11) y Real Madrid y Athletic (12) son los únicos equipos que han encajado menos goles que el Sevilla (17), que está por delante en la tabla de dos de ellos (Atlético y Athletic) al haber rentabilizado más los tantos recibidos: 9 de esos 17 los encajó en tres partidos, de los que ganó uno (Real Sociedad: 3-2). El propósito de año nuevo es evidente: mantener esta alta eficacia defensiva, al menos mientras busca una perfección consistente en potenciar su menguado poderío ofensivo tras este giro de 180 grados en 365 días.