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El Sevilla no podrá recluirse en la ciudad deportiva cuando toque la vuelta a los entrenamientos colectivos

Paco Cepeda
Paco Cepeda
20/04/2020

Ya conocen los interesados que la Liga de Fútbol Profesional, después de hacer las paces con el Consejo Superior de Deportes y sobre todo con la Federación Española de Fútbol, ya maneja un protocolo de 24 páginas distribuido a los equipos con un escenario optismista pero creíble de vuelta progresiva a la actividad para jugar al fútbol a puerta cerrada, para por un lado darle el opio a un pueblo confinado y por otro salvar en lo que se pueda el sector como motor económico que es.

En ese protocolo, en la fase tres y cuatro, con el grupo ya concentrado, se recomienda la utilización de una ciudad deportiva blindada, con muy poco personal autorizado para el acceso (fin a los cuadros técnicos de más de cuatro elementos), algo que el Sevilla en concreto no va a poder realizar. Tendrá que elegir la segunda de las opciones, que es la de un hotel cerrado solo para ello. La ciudad deportiva no tiene por el momento habitaciones u opción de prepararlas con esta premura de tiempo.

En ese sentido, problema hay cero, porque el 99% de los hoteles están vacíos, sólo operan los que están habilitados para personal sanitario y para personal esencial que se tiene que trasladar a un punto fuera de su lugar habitual de residencia. El Sevilla podrá perfectamente 'blindar' un hotel que le convenga para esa fase de concentración muy prolongada.

Luego, el Sevilla, como todos, tendrá que seleccionar a ese personal esencial que podrá entrar en contacto con el grupo, y que se verá muy reducido con respecto a lo que habitualmente hay a disposición de los jugadores, tanto en fisioterapeutas como en utilleros o como ya dijimos en ayudantes técnicos. Un nuevo mundo al que todos se tendrán que habituar. Del mal, el menos.