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El futuro de Sevilla y Betis en lo que queda de temporada

Redacción
Redacción
17/06/2020

Volvió la liga. Volvió el fútbol a Sevilla. Y volvieron las dudas y las críticas. Es algo que va unido en las últimas temporadas a todo lo relacionado con lo deportivo en Nervión y Heliópolis. Todavía en plena resaca de derbi sevillano, Lopetegui y Rubi cosecharon sendos empates este lunes perdiendo ambos los tres puntos en los instantes finales de sus partidos.

Más doloroso fue para los hispalenses, que sometieron al Levante, le perdonaron la vida y terminaron pidiendo la hora y amparándose en Vaclik. Para el Betis es otra cicatriz más en una piel que ya ni siente ni padece, tras una temporada que ni la pandemia va a evitar que sea para olvidar. El Granada implantó su juego, se fue del partido en tres minutos que parecía le iban a costar irse de vacío, pero apareció Soldado in extremis para romper en mil pedazos el enésimo halo de esperanza verdiblanca. Y quedan aún nueve jornadas. Cuanta tela queda por cortar en la capital andaluza.

Lopetegui de visitante

El Sevilla fue capaz de superar con creces al Betis después de más de tres meses sin competir, pero que en La Nucía tropezó y evidenció que la falta de gol cuesta puntos en esta liga. Dominio territorial, buena salida de presión ante un conjunto granota que le tenía bien estudiado, pero después una odisea para aclararse en definir las jugadas. Un par de acciones a balón parado y un fogonazo de libre directo de Munir tuvieron que ser los recursos blanquirrojos. Suerte que De Jong acertó con la red al gran pase que le metió el hispano-marroquí a los pocos segundos de segundo tiempo.

A partir de ahí, el fútbol-control que tanto le gusta a Lopetegui. Ocasiones para hacer el segundo y un cambio de planes para darle la iniciativa al rival y correr con espacios a la contra. Sin embargo, Paco López agitó la coctelera con sustituciones y Diego Carlos, que había sido de lo mejor junto a Koundé del choque, se liaba en un centro chut de Miramón y hacía el empate. Entonces Vaclik se ganaba el sueldo como no lo había tenido que hacer antes y salvaba el punto, después de verse con los tres en el bolsillo por muchos minutos. Una historia que ya se conoce la afición sevillista, y quedan cuatro visitas este mes a cada cual más complicada. Toca trabajar para amarrar la plaza Champions.

Una plaza Champions en la que parece confiar su afición y las aficiones rivales, que saben de la fortaleza de este equipo. En las apuestas es el que mejor lo tiene para quedar entre los cuatro primeros, incluso por delante del Atlético de Madrid. Eso sí, habrá que sudarlo mucho. El siguiente rival es el Barcelona y en el Pizjuán todavía quedará recibir al Valencia en la última jornada y a tres que se van a jugar el descenso como Valladolid, Eibar y Mallorca. En cuanto a las visitas, otros tres duelos directos en Villarreal, Bilbao y San Sebastián, y el que queda es un desplazamiento a Butarque. Máxima exigencia para lograr una cuarta plaza que parece plausible, pero para la que no se pueden entregar puntos como los de Alicante.

A Rubi le queda sobrevivir y maquillar

Y dos partidos han bastado también para ver que aquella victoria ante el Real Madrid previa al parón fue tan solo un pequeño arreón de un Betis que este año funciona así, a tirones, pero al final siempre vuelve a un fango del que no consigue salir. No será porque el equipo no tiene ganas, pero algo no termina de cuajar. Rubi cambia el sistema y a los jugadores, ha probado ya de todo y sigue en desesperación porque nada parece funcionar. Incluso Joaquín, de lo más salvable de esta etapa, entregó el 0-1 al Granada en un pase horizontal que terminó en contra mortal del equipo nazarí. Dominio en campo propio y rival, monólogo con el balón, pero el fútbol del equipo se pierde en el entramado del adversario. Diego Martínez blindó a los suyos por dentro y ahogó las subidas de los laterales locales con constantes tres para uno gracias a las ayudas y vigilancias defensivas. Misión casi imposible.

Aun así, el conjunto verde consiguió ser el primer equipo en arrebatarle puntos al Granada después de haber ido por detrás en el marcador. Nadie lo había conseguido hasta la fecha en la era Martínez. Para que se vea también la entidad de lo que había enfrente. Un penalti sobre Borja Iglesias y una gran definición de Canales abrieron un encuentro que dos minutos después estaba en poder del Betis. Un centro de Tello de esos abiertos al palo largo certificaba la remontada a cuatro minutos para el final. Por fin algo salía bien en el Villamarín y el míster que volvía a salvar el pellejo cuando estaba casi en la UVI. Peno no. Soldado, totalmente solo dentro del área en un saque de esquina, confirmaba el refrán que dice que la alegría en casa del pobre dura bien poco. Europa a nueve puntos y casi hay que mirar de reojo al descenso que está a la misma distancia. Mejor hacerse el ciego y seguir.

Lo siguiente es una visita al Nuevo San Mamés. Nueve puntos han sacado en todo el año a domicilio los béticos y quedan Levante, Celta, Atlético de Madrid y Valladolid. A casa vendrá un necesitado Espanyol, un adversario clave como el Villarreal y dos equipos que presumiblemente pueden no estar jugándose nada como Osasuna y Alavés. Contando con la mejor versión del Betis habría posibilidades todavía, pero visto lo visto y con casi todos los golaverajes particulares perdidos será complicado sacar tantos puntos. Ahora mismo está a la cola de equipos con probabilidades de entrar en la séptima plaza, lógico que ni las apuestas confíen. Limpiar un poco la imagen y darle un digno final a un Rubi sentenciado de cara al año que viene es lo mejor que le puede pasar a esta plantilla. Si es que el cambio no llega antes.