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2-0: La vita è bella

Lucas Haurie
Lucas Haurie
06/08/2020

El Sevilla se ha clasificado por sexta vez para los cuartos de final de la Liga Europa y todo el continente sabe qué sucedió las cinco veces anteriores. El equipo de Julen Lopetegui, letras de oro más que nunca para destacar la magistral interpretación del entrenador, le dio un repaso en toda regla a una Roma impotente ante dos versiones muy afinadas del rival: la sinfonía de la primera mitad y el búnker impenetrable de la segunda. El martes, más; y que no se acabe nunca esto.

El emblema de Roma, también de la Roma, es la loba capitolina que amamantó a los gemelos fundadores. “Forza lupi”, fuerza lobos, animan los romanistas a una muchachada que, disculpen el atrevimiento, devino en el MSV Arena de Duisburgo en manso rebaño lanar devorado por la manada sevillista. Planteó Lopetegui una presión alta que asfixió a los “giallorossi”, cortocircuitada la pareja suplente de mediocentros que conforman Diawara y Cristante. Muy pronto, Ocampos exigió un manotazo salvador de Pau López y Koundé remató al larguero un córner generado por el atosigante esfuerzo de sus compañeros. Los pesimistas pensaban que, si el Sevilla no iba ganando tras semejante exhibición, algo malo iba a ocurrir.

Una de idas luminosas del técnico vasco fue alinear a En-Nesyri y Suso, su par de (discutidos) refuerzos invernales. Buscaba juntarlos en la espalda de Kolarov, que es maquinaria pesada, donde el marroquí ganaba balones largos y servía al gaditano, que enseguida descargaba a la otra banda con su precisa pierna izquierda. Así llegó el gol, aunque con la zocata de Banega en lugar de la de Suso. Encontró el argentino a Reguilón, que burló a su par con un control en aceleración y resolvió casi con un punterazo al plantarse en el área. Se la tragó Pau López bajo el trasero. Gracias, viejo amigo, muy elegante con esa equipación verde…

"Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo”. Así tituló Augusto Assía, corresponsal de La Vanguardia en Londres, su libro recopilatorio de crónicas la II Guerra Mundial. Aguantar si el rival golpea y ser mortífero con los golpes propios, en suma. Había sido eficaz el Sevilla a la hora de atacar y debía serlo también en el siguiente rato, cuando a la Roma tocaba venirse a por el empate.

Se cimentó en Diego Carlos, espectacular en un par de intervenciones, la resistencia sevillista y un robo del brasileño propició la contra del 2-0. Le ganó el fornido central el duelo a Dzeko, cuyo nombre suena amenazante y el futbolista merece desde luego esa fama, se la dio a Joan Jordán que buscó a Ocampos en estampida desde la derecha. El argentino se jugó la pierna para burlar a Ibáñez, al cruce como un búfalo desbocado, y sirvió para que En-Nesyri la empujase. La primera parte, sí, fue una pequeña obra maestra.

La tarea debían sentirla como hercúlea al descanso en el camerino italiano. ¿Cómo remontar dos goles a este Sevilla, que ha convertido la portería a cero en una de las bellas artes? La tele enfocó por primera vez a Bono, preferido a Vaclik tras su buen final de Liga, cuando Mkhitaryan ensayó un disparo que rozó el poste a los cinco minutos de la reanudación. Ése fue todo el peligro real que rondó la puerta del marroquí en la primera hora de juego. La entrada de Carles Pérez por un desafortunado Zaniolo dotó de algo de mordiente a la Roma, que volvió a aproximarse con una media vuelta de Dzeko que rozó la cruceta. Eran, en todo caso, ataques más funcionariales, por ver si caía el golito, que una ofensiva sostenida en pos del empate.

No hubo gol, o sí, el que marcó Koundé a pase de Munir, por un pelo en fuera de juego que confirmó el VAR tras larga deliberación. Por cierto, que el canterano del Barça fue el primer cambio… y el único que implementó Lopetegui hasta la prolongación, un alarde que posible encierre un mensaje para los otros siete invitados a la Final Eight: “Estamos que nos salimos, corremos sin cansarnos nunca. Vais a tener que matarnos si nos queréis eliminar”. Durante el descuento, Banega y Koundé rozaron el tercero con una falta al travesaño y cabezazo a bocajarro que repelió Pau López. Bastó con dos e incluso sobró uno.

Ficha técnica:

Sevilla FC (2): Bono, Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón, Fernando, Joan Jordán, Banega, Ocampos (‘Mudo’ Vázquez, minuto 94), En-Nesyri (De Jong, minuto 93) y Suso (Munir, minuto 67).

AS Roma (0): Pau López, Mancini, Ibañez, Kolarov (Villar, minuto 77), Bruno Peres, Cristante, Diawara (Carles Pérez, minuto 57), Spinazzola, Zaniolo (Pellegrini, minuto 57), Mkhitaryan y Dzeko.

Goles: 1-0, minuto 22: Reguilón. 2-0, minuto 43: En-Nesyri.

Árbitro: Björn Kuipers (Países Bajos). Roja directa para Mancini. Amarillas para Kolarov, Diego Carlos, Pellegrini y Joan Jordán.