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Del Nido padre e hijo, historia de un desencuentro

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
12/10/2020

Sin el menor ánimo de entrar en asuntos personales que atañen al núcleo familiar, la relación rota entre Del Nido Benavente y Del Nido Carrasco afecta directamente a la gobernabilidad del Sevilla, ahora discutida y hasta judicializada. Del Nido padre vuelve a arrasar. O al menos a intentarlo. Del Nido hijo, cansado de los huracanados pasos de su padre, ha dicho basta y ha hecho valer su criterio por encima del ordeno y mando habitual de su primogenitor.

El principio de los tiempos. Hubo un momento en el que Del Nido padre mandaba y Del Nido hijo actuaba, algo completamente lógico. Para encontrar el germen de lo que ahora ocurre es importante retroceder al año 2017, al verano en el que Vitolo dio la espantada. Era el primer verano sin Monchi. Se olía la debilidad institucional. Del Nido padre aprovechó el adiós del canario para pergeñar otro asalto. Quizás no llegó tan lejos como el actual, pero igualmente dejó sangre por el camino. También supuso un hachazo en toda regla al sillón de Castro. Del Nido hijo abandonó la vicepresidencia fruto del divorcio generado por una operación que, recordemos, dejó cerca de 40 millones de euros en la caja. Más los 2,5 que se han ingresado ahora por el acuerdo extrajudicial alcanzado. Lo dicho, el padre arrollaba y el hijo obedecía. Pero visto con perspectiva, aquello fue el kilómetro cero de lo que explotó años después...

Continuas tensiones. La historia de este gran Sevilla no es la típica de un club calmado que pasea tranquilamente por la pradera. Las tensiones accionariales han sido continuas, la mayoría provocadas por Del Nido Benavente. La fortaleza del club y el hecho de que en la hierba haya habido siempre un buen número de buenos futbolistas ha impedido que lleguen los malos resultados. Pero realmente la quemazón siempre ha existido, de ahí que se ideara a finales de noviembre del año pasado el pacto por la estabilidad, bautizado con bastante tino por algunos accionionistas minoritarios como el pacto por la pasta. Se entraba, o eso parecía, en un período de calma, estado altamente improbable de lograr cuando de Del Nido Benavente se trata. En diciembre del año pasado se aprobaba la entrada de nuevo como vicepresidente de Del Nido Carrasco. Todos contentos... por un período corto de tiempo.

Hasta que la bomba explotó. La cabeza de Del Nido Benavente no paró de funcionar. Su comportamiento puede producir sorpresa, aunque relativa para quien conozca el ímpetu del expresidente. Recordemos, por ejemplo, que cuando se jugaba años de cárcel se mostró dispuesto a ofrecer una "clase de derecho económico" al fiscal del caso. Con todo, nadie que no sea el propio Del Nido Benavente y Andrés Blázquez ha entendido esta nueva carga. Hasta el delnidismo, siempre fiel, espeta con la boca pequeña un timorato "tiene derecho", un absoluto monumento a la obviedad, pues conviene recordar que cuando un ciudadano en este país hace algo a lo que no tiene derecho, las consecuencias que se generan son otras bien distintas. Esto no va de "tener derecho" y sí de tener sentido común y sobre todo moral. El padre, enfadado, mantiene ahora que su hijo no defiende adecuadamente los derechos de su capital e incluso le censura que se haya subido el sueldo. A tan ambigua queja conviene ponerle el primer apellido, al final la clave de todo: dinero. Del Nido siempre quiere más dinero.

La vista en la que se escenificó el divorcio. Fuentes consultadas por este sitio web aseguran que el juez, nada conocedor del mundo futbolero, alucinó con lo que se escuchó en la sala el pasado miércoles. Del Nido Carrasco optó por explicar la verdad. No conviene interpretar su declaración exactamente como un apoyo a Pepe Castro, con quien mantiene una relación ahora correcta. Fue más bien una defensa de la integridad, de la cordura y, por qué no decirlo, una lección de sevillismo ante el tremendo lío que se avecina. El día de la vista, Del Nido Carrasco decidió que las malas decisiones de su padre ya no lo iban a arrastrar más, con el coste emocional que ello conlleva para él. Muy elevado, sin duda.

¿Futuro presidente? No sin razón, sectores del sevillismo piensan que Del Nido Carrasco ha ganado puntos para ser el futuro presidente del Sevilla FC. Es joven, mantiene una estrechísima relación con Monchi,  alma del club, ha respirado fútbol por los cuatro costados, siempre está encima del primer equipo... Valores que suman, sin duda. El problema es el ya sabido. Aunque por el pacto le tocaría dentro de tres años, no parece nada probable que su padre lo permita, salvo que se arregle la relación.

¿Y ahora qué? Yendo al corto plazo, el grupo de Castro entiende que los intereses de Del Nido Benavente salieron seriamente tocados de la vista. Por contra, los abogados de Del Nido aseguran que el derecho al voto se mantendrá el día de la Junta. En breve se verá. Habitualmente rodeado de gente que no le discute nada, ha tenido que llegar su hijo para decirle al padre que ha tomado el camino equivocado y que como norma general, no vale llegar a acuerdos para luego tratar de tumbarlos si el que manda no es él. Esto no significa que Del Nido Carrasco pase a convertirse en azote de su padre. Nada más lejos de la realidad. Es precisamente eso, su padre, y por el inseparable vínculo existente no le gustan muchas de las cosas que escucha sobre él. Por ejemplo, las últimas duras declaraciones de Francisco Guijarro, posiblemente el enemigo declarado número uno del expresidente.