Bono y el Eibar, el día que cambió su suerte

Jose Antonio Jiménez 22/10/2020

La visita este fin de semana del Eibar al Ramón Sánchez Pizjuán puede ser especial para Bono. Evidentemente no por la lesión de su compañero Vaclik en el curso pasado ante el cuadro vasco. Sencillamente porque la ley del fútbol es inexorable y ese percance del checo frente al Eibar fue determinante para que Bono se convirtiera en el portero titular del Sevilla. 

Hasta ese día, Bono había jugado partidos sin excesiva relevancia. La fase de grupos de la Europa League, las eliminatorias coperas ante el Bergantiños y el Escobedo y la segunda mitad y los 90 minutos de los duelos ligueros ante el Getafe y Osasuna. No había destacado demasiado. Ni para bien ni para mal, pero lo sucedido ante el Cluj en un partido donde un error suyo estuvo a punto de provocar la eliminación pareció sentenciarlo.

Sin embargo, las paradas de Bono han sido claves para que los hombres de Julen Lopetegui rubricaran su cuarto puesto en la Liga y ganaran la Europa League ante el Inter de Milán. Intervenciones de mucho mérito, un penalti parado y cinco duelos en los que mantuvo su meta a cero. Desde ese día del Eibar, Vaclik no ha jugado ni un minuto de manera oficial. De tener pie y medio fuera del Sevilla Bono ha pasado a firmar un contrato que le une a los blancos este curso y los tres siguientes (previo pago de cuatro millones de euros al Girona). Todo le cambió en ese partido ante el Eibar, donde incluso Ocampos se tuvo que pone de portero para salvar a su equipo.