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Peregrinos del 15 de agosto

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
16/07/2021

Cuando se escriben estas líneas, en el día españolísimo de la Virgen del Carmen, quedará apenas un mes para el comienzo de la Liga. Será el 15 de agosto, coincidiendo con otra mariana festividad, la de la Asunción, que nos llevará a visitar la iglesia del Pozo Santo para postrarnos con renovada devoción ante la curiosa, blanquecina y sedente Virgen del Tránsito. Más allá del calendario, ya sea mariano o profano, en verano nos valemos de dos relojes de cuando el tiempo se medía con otra cadencia. Uno es el reloj que nos hace contar las horas solares ("Haced como los relojes de sol: contad sólo las horas luminosas", decía Ernst Jünger en las trincheras de barro y ratas de la Gran Guerra). Pero, aparte del reloj de sol, el verano también nos hace usar el reloj de arena: contamos las horas, los días que faltan para el inicio de la Liga. Y es justo aquí a donde queríamos llegar.

Hace ya unas semanas que conocimos el calendario de Liga para la temporada venidera. Cuando se anuncia el calendario, a uno le entra como un pronto de nostalgia futura. Enseguida los medios deportivos señalan las fechas clave, caso de los derbis de la ciudad. El primero contra el vecino verde tendrá lugar en la jornada 13, día arriba o abajo del 7 de noviembre. No sabemos qué habrá sido de nosotros para dicha fecha. Pero cuando hemos sabido que el embate caía en el otoño, nos hemos deshojado con esa felicidad particular que nos entra al sabernos caducos, como la hoja afín y dorada de los árboles. Puede sonar algo cursilón. Pero ocurre que al conocer el calendario de Liga notamos como si Año Nuevo se revelara con otro nombre. Igual que un Domingo de Ramos sentimos que es como Año Nuevo, el calendario de la Liga nos hace pensar que, en efecto, otro año ha pasado. Incluso lo sentimos más profundamente que en la tristeza ceremonial del 1 de enero.

El 15 de agosto los futboleros ascenderemos con la Asunción a los cielos de nuestra gloria particular. Nos tocará jugar contra el Rayo Vallecano, el equipo de los detestables y sobreactuados Bukaneros y, a la vez, el simpático club que tiene su domicilio social en la Avenida Payaso Fofó de Vallecas. Más allá de la fecha del derbi o del partido contra el Real de Madrid o el FC Indepe, a uno le entra la citada nostalgia futura cuando piensa en un 24 de octubre, cuando juguemos contra el Levante, o en un 12 de diciembre, cuando lo hagamos contra el Athletic PNV. ¿Qué habrá sido de nosotros para entonces? ¿Qué nos deparará la vida para cuando llegue la jornada 10 o la jornada 17? Es más, siempre nos gusta buscar en el calendario de la Liga las jornadas que caen entre semana, ya sea un martes o un miércoles o un jueves (antes todo tenía mayor sabor porque entre semana todos los partidos se disputaban en miércoles). Nos tocará jugar en día laborable un 27 de octubre, día arriba o día abajo, contra el Mallorca. Por eso, como decíamos, nos entra esta especie de añoranza por lo venidero, lo que no deja de ser un engaño, el efecto óptico de una ilusión. Vendrá el 12 de diciembre o la fecha que sea como tenga que venir. Seguramente estaremos haciendo de funambulistas por entre el paso del tiempo. O sea, como siempre. Pero habremos de estar agradecidos por llegar vivos, sanos si es posible, y con la conciencia fluida y aliviada de todo peso oscuro.

Lo dicho, queda casi un mes para el inicio de la Liga. Nos contentamos con pedir este crédito al tiempo. Sí, sabemos que este sábado el SFC jugará su primer partido de pretemporada contra el anodino Coventry inglés. Pero nos sabrá a dulce ensayo, pese a la desazón por la falta de fichajes, que es lo que nos mantiene en tensión infantil durante el largo verano donde contamos las horas, los días, con el reloj de sol en una muñeca y el reloj de arena en la otra.