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Olímpica vagancia

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
23/07/2021

Han comenzado las Olimpiadas en un clima como de rareza y cansancio prematuro. El estío tiene mucho de hastío. Pero a la acedia propia de estas fechas, bajo el implacable calorín, este año volvemos a tener una sensación parecida a la del pasado año en época estival. Es verano y no es verano. La pandemia continúa marcando el día a día de todos. El fútbol, como viajar o escribir, es un estado de ánimo. Si hace apenas unos días nos alegrábamos al saber que quedaba menos de un mes para el inicio de la Liga, ahora, con la embocadura final de julio, nos ha entrado un síndrome agudo de inapetencia, tedio y gandulería. La matraca de los medios acerca de la variante Delta nos produce ya un aburrimiento doloso que amenaza con derivar en síncope. No hay día ni casi hora que no estemos escuchando la referida matraca. El ambiente se ha vuelto como espeso y el calor, en consecuencia, no hace sino espesarnos el cerebro, la sangre, las alicaídas fuerzas.

Van pasando los días del inclemente mes de julio. Pero ni siquiera los bolos del SFC en pretemporada nos dan distracción. ¿Qué nos está pasando? La operación de venta de Bryan Gil al Tottenham pareció alegrar las conversaciones del personal. Pero tres días hablándose de lo mismo ha convertido la noticia en un soberano coñazo. La posible venta de Koundé amenaza también con convertirse en otra manteca de puro aburrimiento. Debe ser el calor, el año y medio de pandemia, la asistencia a los funerales de todos los veranos, incluso hasta las horribles camisetas del SFC para esta temporada; debe ser todo esto, decimos, lo que nos ha hecho entrar en una apatía que los franceses desde Baudelaire, en su galanuda lengua, llaman 'ennui'.

Sinceramente, por lo que uno conoce, buena parte del personal ha renunciado a seguir con interés el mercado de fichajes. Las caras nuevas para la temporada que viene –una o dos contadas– nos parecen ya que están más que vistas. La jeta del calvorota Dmitrovic la conocemos tanto o más que la propia calavera. Y así, bajo el sopor, van pasando estos días tediosísimos de julio. Que comiencen hoy las Olimpiadas nos trae al fresco, si bien dentro de cuatro o cinco días es probable que entremos en onda y nos distraigamos viendo, qué se yo, la llave maestra del judo, las faldas tableteadas de las chicas del hockey hierba o las cabriolas en los ejercicios de suelo de los gimnastas.

Mientras vayan discurriendo las jornadas olímpicas, se nos hará aún más raro leer o escuchar algo acerca del fútbol de pretemporada. Esperamos que pase esta bajona anímica. Ojalá volvamos a escuchar que tal o cual equipo le va a servir al SFC como "buena piedra de toque" en la previa al comienzo de la Liga. Ojalá el manido tópico, que parece haber caído en desuso, recupere el esplendor de antaño.