muchodeporte.com Sevilla FC

San Marco y san Bono

Antonio Félix
Antonio Félix
15/03/2023

Se ha hablado tanto de las cosas malas que el Sevilla ha hecho esta temporada, y lo que te rondaré morena, que no está de más hacerlo ahora de las buenas, y, entre ellas, de la mejor: mantener a sus porteros. A estas alturas, realmente cabe poca duda de que el mérito para aguantar el tirón y no estar peor de lo que se está, es decir, alejándose poco a poco del descenso y todavía bien vivo en Europa (estar en Segunda jugando Champions no es, ni de lejos, la posibilidad más descabellada para este equipo) corresponde indubitadamente a sus dos santos, Bono y Marko.

Así que bien por Monchi, que al menos evitó la tentación invernal de deshacerse del prodigio marroquí ante la ruina del club y la seguridad otorgada por la alternativa del coloso serbio. No es fácil mantener la convivencia con dos porteros de tamaño nivel, en la que los roles de titular y suplente podrían alterarse sin mayor particularidad. Pues, por norma, los dos hacen lo mismo... Cuando juega Bono salva al Sevilla. Y cuando juega Dmitrovic, también.

Contar con dos cerrojos de tal categoría es una inmensa suerte para un equipo tan estrafalario como este Sevilla, y tal vez debiera conducir al club a una reflexión al respecto. Dmitrovic y Bono compendian la manera clásica de cómo se hacían las cosas. El primero llegó tras demostrar que paraba mucho en un equipo pequeño como el Alcorcón y en un equipo mediano como el Eibar. Era el paso natural para un jugador en progresión que, desde los tiempos de los David, Martí, Navarro y compañía, siempre ha encontrado un acomodo fértil en Nervión. Eso era hacer las cosas con lógica. Bono fue otro tema, una revelación un tanto insensata de Monchi, un jugador ignoto y de perfil bajo que llegó, aparentemente, sin mucho interés del Sevilla por tenerlo ni del Girona-City por dejarlo ir. Bono remite a otro gran ídolo como Palop, y recuerda los tiempos en que Monchi hacía las cosas con mágica intuición.

Los tiempos han cambiado mucho desde entonces, y se suponía que para mejor. La tecnología ha invadido la sociedad, y el fútbol no iba a quedarse al margen. Desde luego no lo ha hecho el Sevilla, que ha sacado mucho pecho con la supuesta modernización de su secretaría técnica, culminada con un departamento de I+D como la panacea del no va más. Y, sin embargo, algo ha fallado. Tal vez porque tan ridículo es darle la espalda a la tecnología como sucumbir enteramente a sus designios. ¿Le ha sucedido eso al Sevilla? Si el I+D trajo a Marcao, Isco, Dolberg y Januzaj, pues lo mismo que sí.

Convendría entonces, tal vez, hacer un poquito más las cosas a la antigua. Ser equilibrados, y no dejarse llevar por los cantos de sirena de tanto trincón del big data. Porque en el fútbol, como en cualquier actividad cultural, tener más medios no significa tener más acierto. Jamás como hoy ha sido más fácil hacer películas, y sin embargo los Oscar han catalogado como la mejor, y con diferencia, a una tontada sublime. "¿Y esta cosa es el presente del cine?", se preguntaba el racial Carlos Boyero. ¿Y esta cosa quiere ser el Sevilla?, deberían preguntarse en Nervión. Albert Einstein decía: "No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero la cuarta se librará con palos y piedras". Tal vez sea hora de recuperar en el Sevilla viejas herramientas, antiguos planes, profundas esencias. Al fin y al cabo, después de tanto invento y algoritmo, hoy está sostenido en dos clásicos, san Marco y san Bono, su palo y su piedra.