Levante | vs | Sevilla FC |
1 | 2 |
No tuvo que pasar lo que ocurrió en la segunda mitad, no debió pasar tanta fatiga cuando estaba todo tan controlado, pero el Sevilla tiene la costumbre de ganar y la suerte que se necesita para mantenerse en ese estado de gracia que le está metiendo cada día más arriba en la clasificación de la Liga más cara de la historia para meterse en Champions League. Este Sevilla no se parece al del año pasado, es mucho mejor, aunque no gane la Europa League. ya tiene 61 puntos (50 a estas alturas la pada temporada) e independientemente de lo que pase con el Zenit, viene de eliminar poderosamente al Villarreal y al Borusia Monchengladbach, no de hacer una innecesaria gesta en la vuelta ante el peor Betis que uno recuerda y hacer el ridículo en la ida en Oporto. Luego todo mejoró, sobre todo es que se ganó, pero este Sevilla que ha forjado Emery es mucho más competente, como demostró, por ejemplo, en la primera mitad del partido que nos ocupa hoy.
A estas alturas yo ya creo que a Unai Emery le da igual cómo mover los peones. Sale todo. Se lo ha currado, sin duda, y ya va como la seda casi cualquier cosa que proyecte. Y como últimamente, pues apostó por el trivote, esta vez con Carriço, Krychowiak e Iborra, para dale la batuta a Reyes (que hizo de Banega casi mejor que Banega), el poderío para moverse por todo el campo a Vitolo y la punta de ataque al infravalorado Gameiro. Vaya pedazo de delantero este pequeño gran jugador francés. Y pese a medirse a un Levante más que aceptable, con buen juego y la moral cargada después de golear en Almería y verse menos agobiado, pues machacó en la primera mitad a su rival a base de pegada y saber hacer las cosas. Este Sevilla es una puñetera apisonadora que me mata de dos mil maneras, todos ellas muy efectivas. La primera jugada fue la clásica: un balón a la cabeza de Iborra, prolonga a Gameiro, que empalma alto. No entró, pero la jugada que nadie puede defender estaba ahí, por si hiciera falta. El primer gol, sin embargo, llegó por la vía del talento. Vitolo exhibió su potencia, vio a Reyes, y éste, con la precisión del cirujano le puso un gran balón de los que deciden si el delantero que lo recibe es bueno o malo. Y el del Sevilla, los del Sevilla, son muy buenos. Gameiro lo bordó. A los diez minutos, 0-1 y el partido de cara, como siempre últimamente. Pero creció mucho el Levante. Ese repliegue del que no se avergüenza el Sevilla nunca le permitió a su rival jugar muy arriba y con cierta precisión, menos en la suerte suprema. Especialmente Morales le formaba bastantes líos por la banda derecha al Sevilla. Pero ya conocen la historia que se repite, cuando el Levante se creía más cerca del empate, Gameiro robaba un balón, todavía tenía fuerza para tirar un gran desmarque y pese a todo eso también tuvo lucidez para dar el pase de la muerte a Reyes. Le devolvió el regalo. Dos zarpazos y 0-2. Qué maravillosa historia tantas veces repetida. Por ponerle un pero, el miedo a tener que acabar el partido con algún expulsado, porque hombres de riesgo acumularon demasiadas cartulinas amarillas.
Pero la máquina gripó en la segunda mitad. Emery le dio una vuelta de tuerca que en esta ocasión no funcionó. El equipo estaba sufriendo y el entrenador, con buen criterio, quiso reforzar el equipo por donde padecía. Fernando Navarro afianzó el costado por donde se colaba Morales; y con Reyes ya algo frivolón, vio la excusa perfecta para limpiarlo para darle más capacidad de trabajo al equipo con Aleix Vidal. Y algo más se controló al Levante, pero no hubo ya nada de fútbol. Sin Banega (en casa) ni Reyes (en el banco) nadie se veía capaz de gobernar el asunto. Y entonces fueron creciendo los problemas porque el plan A (Pareja busca a Iborra) pues no se daba. El Sevilla padecía y su defensa y especialmente Sergio Rico mantenían el resultado tranquilizador. Pero en una jugada en la que el Levante centró demasiadas veces al área, Uche encontró el remate que acortaba distancias. Por entonces estaba ya también nervioso Rico y pintaban bastos. Emery hizo pues el último cambio. Bacca por Gameiro. Lógico también. De hecho, el colombiano asistió a Iborra y luego mandó un balón al travesaño en esos minutos. Parecía efectivamente mejor idea hacer el tercero que controlar el 1-2. pero no fue así. Sí que se mantuvo el marcador, con fatiga, pero se mantuvo, para llegar al partido del fin de semana contra el FC Barcelona con toda la cuerda dada.
Levante UD (1): Mariño, Morales, Vyntra, Juanfran, Toño, Simao Mate (José Mari, minuto 64), Sissoko (Víctor Casadesús, minuto 80), Rubén, El Zhar, Uche y David Barral (Rafael Martins, minuto 46).
Sevilla FC (2): Sergio Rico, Diogo, Nico Pareja, Kolodziejczak, Tremoulinas (Fernando Navarro, minuto 56), Dani Carriço, Krychowiak, José Antonio Reyes (Aleix Vidal, minuto 60), Iborra, Vitolo y Kevin Gameiro (Carlos Bacca, minuto 79).
Goles: 0-1, minuto 9: Kevin Gameiro. 0-2, minuto 37: José Antonio Reyes. 1-2, minuto 73: Uche.
Árbitro: Velasco Carballo, madrileño. Roja para el segundo técnico del Levante. Amarillas para Tremoulinas, Dani Carriço, Juanfran, Diogo, Krychowiak, Víctor Casadesús, El Zhar y Sergio Rico.
Siempre está
Gol, golazo, y asistencia después de una jugada muy completa. Gameiro es un pedazo de delantero.
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