Rara vez una actuación personal resume tan bien la colectiva. Nolito, en la primera mitad, por dos fallos claros y por una mala lectura del encuentro en general, incluso provocaba algún merecido pito cuando se marchaba al descanso. Pero tras la visita a la caseta, todo cambió, para el extremo y para todo su equipo. Él, y sus compañeros, se vinieron arriba y hasta golearon al siempre incómodo Éibar. El sanluqueño hizo un gol, dio otro y ofreció el pase que rompió a la defensa en el otro que nos faltaba en la cuenta. No se puede tener más presencia en lo que al final deciden los partidos, los goles. Con este triunfo, el Sevilla es líder, seguramente efímero líder, pero le da bastante aire a un equipo que necesitaba encontrarse con un mejor nivel del que ha venido ofreciendo en sus primeros partidos.
La cosa acabó de forma excelente pero empezó torcida. La alineación, más o menos, porque lógicamente conocíamos previamente la convocatoria, pues era la esperada. Seguramente nos sorprendió el descanso de Kjaer, la titularidad de Carriço, el centro del campo con Nzonzi, Sarabia y Ganso, otra vez Ganso, pero bueno, cuestión de matices y de preferencias. Nos sorprendió más que se jugase tan mal de nuevo toda una primera mitad enterita. Y eso que ante el correoso Éibar, pese a no jugar a nada en esos momentos, tuvo cuatro ocasiones claras que se repartieron BenYedder y Nolito, capaz de lo mejor y de lo peor, de poner la grada enloquecida y de poner nervioso al hincha con un pulso de 55. La defensa, que en principio me despertaba muchas sospechas, se mantuvo muy digna en esa primera mitad, y durante casi todo el partido, pese a que jugar ante la presión adelantada del Éibar es ciertamente incómodo para defensas y medios que tienen que sacar el balón jugado.
El encuentro dio la vuelta como un calcetín en la segunda mitad. El Sevilla debe estar lejos de lo que debe ofrecer si quiere conseguir logros superlativos, pero mostró una franca mejoría. Ganso y Sarabia empezaron a encontrar balón donde antes no lo olían y a filtras pases y para que desde las bandas, en concreto desde la izquierda de Nolito, se fabricaran las ocasiones que esta vez sí que se remacharon. De nuevo abrió la lata Ganso. De nuevo aparecio ese Sarabia con más calidad que la que se le atribuye en el Sevilla. De nuevo el golito de Ben Yedder. Y sobre todo de nuevo la mejor versión de Nolito, la de jugador decisivo, no la de pinturero con detallitos de pelotero de pabellón cubierto. Hasta Nzonzi creció y se animó a sorprender alguna que otra vez. Quedan muchas cosas por perfilar, de hecho meter en el equipo a jugadores que faltaron y que van a ser decisivos, pero hoy se ha visto algo al fin.
Sevilla FC (3): Sergio Rico, Mercado (Corchia, minuto 72), Dani Carriço, Lenglet, Escudero, N’Zonzi, Ganso (Geis, minuto 86), Sarabia, Jesús Navas (‘Tucu’ Correa, minuto 79), Nolito y Ben Yedder.
SD Eibar(0): Dmitrovic, Capa, Ramis, Oliveira, José Ángel (Bebé, minuto 78), Iván Alejo (Peña, minuto 39), Dani García, Escalante, Inui (Rivera, minuto 61), Kike García y Sergi Enrich.
Goles: 1-0, minuto 47: Ganso. 2-0, minuto 76: Ben Yedder. 3-0, minuto 91: Nolito.
Árbitro: Mateu Lahoz, valenciano. Amarillas para Escudero y José Ángel.
Lo dicho: intervinó claramente y decisivamente en los tres goles del Sevilla. Poco más que discutir pues, aunque Sarabia también estuvo muy bien.
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