Un equipo fiel reflejo del club

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 10/04/2017

El fútbol, a veces, es una gran mentira. He visto a presidentes que no valen nada, a directores deportivos que no valen nada, incluso a futbolistas que no valen nada salir triunfantes exclusivamente por la naturaleza azarosa de este juego. Salir triunfantes no demasiado tiempo, claro, pues la lógica se termina imponiendo. Por esto, precisamente para no quedar en manos de la providencia más de lo estrictamente necesario, es obligatorio una gestión razonable, un criterio firme y adecuado, un gusto por la labor bien hecha.

Nada de ello se observa en el Betis de hoy día. Estos dirigentes, hijos de la idiosincrasia folclórica que lamentablemente rodea a este club, creen que el gran problema de la entidad (construir un equipo de fútbol) lo va a solucionar un orientado de fuera que no tiene ni idea de Betis. A estas alturas, como se han creído que el gran problema es no tener estabilidad, tiendo a pensar que sólo aspiran a quedarse en Primera evitando una goleada del Sevilla. No hay más triste objetivo que éste. El vicepresidente del Betis afirma una y otra vez que todo va bien, con la salvedad de que únicamente falla lo deportivo. Vaya, hombre, qué pequeño problema... Para el presidente, si se cumple el objetivo, bien. Y si no, "pues no pasa nada", como ya dijo en una comparecencia. El director deportivo se ha traído para el banquillo a dos mediocridades. A Poyet no lo quiso despedir. A Víctor, tampoco. La plantilla naufraga sin estímulos ni objetivos. El dinero se ha tirado a espuertas en contrataciones sin nivel... La afición está de los nervios, pues conoce la historia de su Betis y sabe que si existe una posibilidad de meterse en el lío, su Betis se meterá.

Hay materia suficiente para que las plataformas se muevan, para que surja un candidato y pelee en una junta. No le auguro éxito, desde luego, pues aglutinar un gran apoyo accionarial no es tan fácil. Y si Haro y López Catalán ven que pueden perder, esa misma mañana irían a una notaría y cambiarían el pacto para que voten las acciones de Oliver. Total, que Haro y López Catalán ya sobran, pero a ver cómo y cuándo se les echa del barco...