Seguir con Arias

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 05/03/2018

La cuestión tiene lo suyo, no crean. Entre otras cosas, porque a la espera de que termine la temporada, en el club hay ganas de seguir con Montella. Un problema menos. Pero con Arias, el asunto no está tan claro. Y con razón. No le censuro tanto los nombres fallidos como los conceptos. Por ejemplo, en nuestra web le dejamos clarito en una información veraniega que Carriço y Pareja se lesionaban siempre. No nos echó cuenta, por supuesto. No se trata de ser adivino. Es así desde que el mundo es mundo. Dejó el centro de la defensa como una casita de papel en medio de un temporal. El espectáculo con el lateral izquierdo (Amavi, Zeegelaar y Masina, para terminar en Carole, que ya no tiene ficha) ha sido... Su apuesta más fuerte, Muriel, ha estado mal enfocada. Muriel es bueno, a mí al menos me gusta, pero claramente se le ha dado un rol inadecuado. No debe ser el '9' de un equipo que pelea en las alturas. Y en el 'number one', Berizzo, el fallo principal.

Total, que Arias está tremendamente cuestionado para la próxima temporada. No sabemos si seguirá. Sospecho que en el Sevilla no lo tienen claro. Dependerá de los resultados, dice Castro. Error, bajo mi punto de vista. Ese criterio es más para el entrenador, que sí se basa casi exclusivamente en los resultados. Me parece normal, y hasta saludable, no despedir a un técnico ganador. Aunque no guste. ¿Para qué? ¿Menuda tontería, no? Pero el trabajo del director deportivo merece otra mirada, no debe estar supeditado a dos, tres o cuatro partidos. Es, simplemente, que haya convencido su labor. Y creer en él.

Si la respuesta es 'no', ya está tardando el Sevilla en contactar con el elegido para que se vaya orientando. Aunque trabaje en otro club. Como el cargo es un tanto embustero, se puede estar perfectamente aquí y allá, trabajar para dos clubes durante un tiempo, como hizo Monchi la pasada temporada con la Roma. Lo suyo sería un descubrimiento de la casa. Alguien astuto, con habilidad para ver bien el fútbol, escoltado por la rama ejecutiva del club para negociar. Ramón me parecería el ideal, pero es hombre apocado. No se ve en la primera fila. Se trata de crear un nuevo Monchi sólo que partiendo de una exigencia descomunal, matiz nada menor. Si ese perfil no lo da la casa, no habría más remedio que mirar al mercado. Llegados a este punto, es normal que entre el pánico. Los gigantes ni tienen director deportivo, figúrense lo bluf del cargo. Si viene un supuesto monstruo, habrá que agarrarse bien fuerte la cartera. Castro lo sabe y no se fía. Por eso se guarda el comodín de Arias. Más que por su valía, por aquello de que más vale lo malo conocido...