Más ciencia y no bajar el listón

Vía de Escape

Paco Cepeda 12/03/2023

A mí en la primera visual de la jugada que acabó en el gol del Villarreal ante el Betis me pareció que había fuera de juego. Al juez de línea, también. Tras la segunda toma, más de lo mismo, me seguía pareciendo gol ilegal. Pero es que avanza la jornada, sigo viendo cosas, de todos los colores, y nadie me saca de mi primera impresión, porque no observo ningún rigor científico en lo que se da como imagen oficial analizada por el VAR. Tampoco es que me fíe de las diferentes capturas amateur y/o interesadas de los odiadores profesionales, pero a mí no me queda claro un asunto que debe ser irrefutable, que no admita ni dudas ni sospechas, porque no está el patio para tolerar ese margen de error en algo donde la apreciación tiene poco que decidir. Es verdad que es clave parar la imagen cuando se golpea de verdad la balón, ni antes ni después, y que alguien humano debe marcar dónde se sitúa la última parte hábil de los cuerpos de defensores y atacantes para trazar la línea del fuera de juego. Pero dicho todo eso, el resultado tiene que ser firme, con ordenadores de por medio y sin chapuza que valga, porque desautoriza todo lo demás si no se ve nítido el tema.

Eso lo siento así, pero del mismo modo tengo y quiero decir que la jugada de Juan Miranda pateado por Gerard no me parece roja, que a tiempo real no lo es o no lo debe ser, que en el campo tampoco, y que sólo una cámara lenta puede generar esa petición de roja. Ese no es el fútbol que tengo en la cabeza y hasta en el corazón. 

Observo, porque me toca ver los partidos con mucha gente, que hay cada vez una mayor intención o deseo de todos por ver más cosas graves en los partidos: más rojas, más faltas, más manos, más penaltis... No es bueno. Los árbitros necesitan por muchas cosas reforzar su autoridad y crédito, sin duda, pero los demás, crítica y público, tenemos que rebajar la presión sobre ellos y no seguir bajando nuestro propio listón. No todo es tan grave, ni debe ser pitado, aunque una cámara lenta te haga pensar lo contrario. En realidad es que como hay VAR, queremos, cuando nos conviene, que los árbitros también tengan ese listón bajísimo para pitar mucho más de la cuenta. Y lo peor es que lo estamos consiguiendo.