La limpia en la plantilla, lo mejor del trabajo de Serra
La fábrica de humo
Miguel Ángel Chazarri 03/09/2017 |
Lorenzo Serra Ferrer ha traído otro aire, no hay duda. Aunque escamado por el pasado, yo pondría un poco de cautela en esas celebraciones por todo lo alto que se desatan en el Betis cuando un futbolista se la echa bien a otro. De todas formas, como el fútbol en sí es exagerado, no seré yo quien le diga a los béticos lo que deben hacer. Si deciden corretear alegremente por una pradera llena de margaritas, adelante. Ese ánimo suele ser bueno para afrontar la vida.
Decía que Serra nada tiene que ver con Macià y Torrecilla, aquellos dos despistados que de tontos no tenían un pelo. Ahora han venido futbolistas fiables, curtidos, algunos conocedores de la casa, con talla física... Sí, parece otro Betis, aunque no caigamos en esa entelequia de puntuar un entelequia. Es decir, no caigamos en el absurdo de puntuar un absurdo. Es decir, me niego a puntuar eso que algunos llaman, de forma pomposa, pla-ni-fi-ca-ción. No creo nada en esa palabra. Para mí no existe. Existe el olfato futbolístico, en este caso de Serra, la capacidad para detectar buenos futbolistas y la inteligencia para tomar buenas decisiones a cada minuto en beneficio del club. Pero mi experiencia me dice que planificado, lo que se dice planificado, hay muy poco o nada en el fútbol. En cualquier caso, da igual. Si el equipo es bueno, da absolutamente igual.
Y en este sentido, más que los fichajes, a los que habrá que ver, lo mejor del trabajo de Serra es que ha limpiado la plantilla del mucho medio pelo que le sobraba. No ha contemplado a nadie. No le ha sacado virtudes a Pezzella que nadie, salvo cuatro, veía. No le ha dorado la píldora a Petros. A todos los ha ido poniendo en fila y todos han ido a la calle. En algunos casos costando el dinero, claro. Qué se le va a hacer. Los errores casi siempre cuestan dinero. Sólo con esta contundencia en la regeneración puede nacer algo nuevo y de provecho. Y a partir de aquí, a jugar. Hay jugadores interesantes y defectos (el costado de Barragán, Mandi, ya veremos si poco gol...) que Setién tendrá que ir solucionando como quien trata de resolver el cubo de Rubik.
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