Ben Yedder hereda el cántico de Kanouté

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 30/08/2018

Normalmente, no es posible realizar una buena tarea si uno no se la toma en serio. No hace falta recordar la de sustos que da el fútbol. Como nadie escarmienta en cabeza ajena, debe ser difícil para los entrenadores mentalizar a los jugadores cuando, aparentemente, se ven pocas curvas. El Sevilla salió bien ante el Sigma. Intenso, preciso en la circulación de balón. Ha ganado un futbolista para esa zona, Gonalons, que se va a convertir en pieza importante. Juega con clase. Distribuyendo sin complicarse y también buscando el pase que rompe líneas para comenzar a crear peligro. Lo que se dice un buen futbolista. Escoltado por Banega, el dominio era del Sevilla, que aun así no se le veía ajustado atrás, pues el Sigma llegó al menos cuatro veces con peligro. Como no tiene gol, todo quedó en nada. Que quede anotado en el debe. Sólo desentonaba Arana. Él mismo se complicaba, pues cuando rompía se iba al centro. Es decir, para su pierna mala, la derecha, por lo que se quedaba sin salida. Un gesto técnico elemental que alguien debe corregir. Los demás estuvieron bien. Nolito intentó mil cosas, unas con más acierto y otras con muy poco. Gnagnon mejoró con respecto a anteriores partidos. André Silva, flojito. Era noche para un gol suyo. Se quedó en su capacidad de trabajo, justo lo que ningún delantero quiere que se diga a la hora de valorar su aportación. Con el 2-0 Nervión preparó el derbi y festejó por todo lo alto el gol de Ben Yedder. El francés directamente heredó el cántico de Kanouté, ahí es nada. Indudablemente está tocado por la varita. Pero Machín quiere otra cosa. Por ejemplo, a Borja Mayoral. Si creen en él, a ficharlo. No le echen cuenta al Twitter. No creo que sobre un tercer delantero. A Muriel lo tengo descartado como tal.