Este partido es un mensaje para Caparrós

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 08/11/2018

Resultó bastante lamentable ver al Sevilla deambular ante un Akhisar que ni él mismo se creía la posibilidad de puntuar ante todo un pentacampeón europeo. Pero así es la vida. Así es el fútbol. Sobre todo cuando en la plantilla hay jugadores a los que urge pasaportar cuanto antes. Enero me parece tarde. El 0-2 invitaba a aflojar. Pues bien, en un santiamén llegaron las complicaciones. El gol de Manu, en adelante Lukaku, lo cambió todo. Me sorprendió la lentísima carrera de Amadou en dicha jugada. No tanto la amable invitación de Gnagnon para que el rival penetrara en el área. Levantó hasta los brazos, el muchacho, para que no quedara duda de su docilidad. Luego cerró mal el centro del segundo gol. Vamos, directamente se lo tragó, completando otra noche de campeonato. Éste es uno de los futbolistas a los que hay que pasaportar. El modestísimo Akhisar, repleto de suplentes, podía hasta ganar el partido. Todo ello con Roque Mesa en el campo, que hay que ver la de cosas malas que pasan cuando este jugador sale. Menos mal que al final la calidad siempre te pone a salvo del naufragio y el Mudo se fabricó un penalti que transformó Banega. La victoria es oro, si bien resalta las carencias de la plantilla. Machín no estuvo muy ágil con los cambios, pero sobre todo el  encuentro es un mensaje para Caparrós, que sí, que ha acertado en Vaclik y André Silva, pero lo demás lo ha dejado con poquísimos futbolistas fiables. Sin los delanteros titulares el equipo quedó expuesto ante un cualquiera. Y, claro, como los centrales son lo que son, es normal que llegue el susto. Otros futbolistas contrastados, como Aleix Vidal y hasta Escudero, tampoco tiran para arriba y el equipo lo nota. Así que dejemos los lugares comunes: esta plantilla hay que mejorarla y si no es posible es que el problema está arriba, en los despachos. ¿Qué me dicen del partidito de Promes y Muriel?