Una peligrosa vuelta a la esencia perdedora

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 15/03/2019

La caída de Praga es una vergüenza se mire por donde mire. Qué bajón ha dado el Sevilla… Qué falta de calidad... Cuántos jugadores necesitan acudir urgentemente a la escuela para aprobar el primer curso de futbolista. Qué penosa elección en los pases, qué generosa colección de profesionales asustados, expertos en rifar el balón cuando algunas jugadas se podían resolver con un poco de sentido común y un toque fácil. Cuánto pelotazo absurdo... Seis goles, seis, han marcado los checos en la eliminatoria. Así es imposible. Dio pena ver al pentacampeón haciendo un mundo para sacar adelante esta eliminatoria. Como si enfrente estuviera un megaequipo.

Lamentablemente, detecto que la esencia perdedora, afortunadamente desterrada desde aquel zurdazo mágico en Gol Norte, ha vuelto. La esencia perdedora, por ejemplo, de aquel partido infausto de Copa de la nieve de Pamplona. La esencia perdedora de aquella eliminatoria infausta ante el Parma. La esencia perdedora que Caparrós inyecta sí o sí hasta los tuétanos y que Castro no sabe detener. Decía el presidente antes del partido en su comparecencia ante los medios que quién puede dudar de la calidad de la plantilla. Llevaba razón. Yo no dudo: la defensa confeccionada es un horror. De permanencia, y… En el centro del campo faltan centímetros, músculo, jugadores de verdad. Lo que compareció en Praga fue un Sevilla en el alambre, que cedió a base de acciones infantiles: una mala entrada al partido, el penalti de Navas, la falta de Rog en el cuarto tanto, el torpe intento colectivo de despeje en la jugada del gol clave, con especial énfasis al nudo que se hizo Kjaer en la línea de gol, la forma de defender en el tercero… Qué me dicen del ratito de André Silva… Por no hablar del entrenador, al que le vino grande una eliminatoria menor, una eliminatoria cualquiera. No creo que merezca ya mucho la pena detenerse demasiado en su figura. Simplemente ratificar que Machín es un hombre sin suerte y que no gana ni un partido de los de verdad. Lo suyo fue un ataque de pánico continuo. Quitar a Ben Yedder y meter a Rog es una invocación a la derrota. Supongo que si no gana en Cornellá será historia, aunque cualquiera sabe... Esta derrota aumenta la fundada sospecha del bajón de calidad del Sevilla, que montó la mundial para al final verse eliminado por un equipito… No hace mucho, el Sevilla acumulaba mística en Europa. Ocurre con la mística como con la inspiración. Te debe coger trabajando, te debe coger con buenos futbolistas en el campo. Ahora no los hay, y, claro, pasa lo que pasa.