Mil achaques pero un aire distinto con Caparrós

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 17/03/2019

El cambio de entrenador suele traer otro aire. No hace falta tocar demasiado en lo táctico, que en el caso de Caparrós sí tocó teclas. Una cara nueva, otro mensaje y otra perspectiva pueden provocar una variación de la temperatura. Luego hay que ver si la misma dura, pero ése es otro cantar. El Sevilla ganó en Barcelona. Este partido, este mismo partido con este mismo planteamiento e incluso con los mismos hombres, con Pablo Machín en el banquillo se hubiera perdido. Lo saben hasta los hebreos. Hubiera llegado el enésimo chasco y seguramente en el último minuto, con sangre. Pero en el banquillo del Sevilla se sienta ahora Joaquín Caparrós, al que veo más fiable en la banda que en los despachos. Y el Sevilla ganó. Sin brillantez, sin tirar a puerta en toda la segunda parte, dejándose dominar demasiado por un Espanyol limitado… Pero ganó. Estos tres puntos deben serenar el ambiente y aumentar la confianza.

La primera parte del Sevilla sí me gustó. Sin alardes, al menos ya vimos en la alineación a varios hombres de rojo que superaban el 1,85 metros. Fue mejor que el Espanyol, dominó bien la pelota. Gonalons no notó su larga inactividad. Sólo chirriaron tres jugadores: Banega, escorado a la derecha y cansado por el palizón que se pegó el jueves, Amadou, alocado e impreciso, y André Silva, que tiró demasiado al pecho del defensa. Luego apareció en la jugada clave, la jugada del penalti. Fue marcar Ben Yedder y el Sevilla se echó atrás de mala manera. La mente manda y ahora mismo el Sevilla es frágil, tiene miedo, termina rezando en su área lo mismo esté delante el Slavia de Praga que el Espanyol, ya ven qué dos equipos. Tiene ahí trabajo Caparrós. Sobre la base de la victoria, porque de lo contrario no hay nada que se sostenga, tendrá que ir quitándole el miedo a fallar que sienten la mayoría de sus jugadores. Pero bueno, no era fácil levantar al muerto tras el desastre de Praga. El Sevilla, con sus mil achaques, sigue muy vivo en la pelea por el cuarto puesto. Ha sido llegar Caparrós y el gafe fuera ya no es gafe. Gran resultado que viene de perlas para vivir un lunes ya decretado como el día mundial del optimismo por la vuelta de Monchi.