Qué daño ha hecho la palabra plantillón...

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 20/05/2019

Lo que empezó siendo una absurda disputa por ver de quién era el niño guapo y bien peinado que salía a la calle, de papá Serra o mamá Setién, ha derivado en un despido inevitable. Era esperado. Con este clima no se debe seguir, aunque aclaro: que no sirvan estas líneas para empoderar al pueblo, que a veces, más de las deseadas, se equivoca. Vaya que si se equivoca… Pero entiendo a Ángel Haro y a José Miguel López Catalán. Ellos, al fin y al cabo dos recién llegados que si han ganado crédito se debe en gran parte a la labor de Serra, no deben echarle tal pulso al tótem de la grada. La cuestión se puso demasiado fea. Terminó planteándose como un o Serra o Setién. Lógicamente, se ha tomado el camino que menos convulsiona al club. Se ficha a otro entrenador y punto. Lo contrario hubiera sido jugársela demasiado. Desautorizar a Serra, que el balear coja la puerta, que está por ver si la hubiera cogido, y ponerse a buscar este verano a un director deportivo, con un entrenador al que nadie quiere ratificado, hubiera sido empezar la próxima temporada con una cornada en la femoral. Ahora Haro y López Catalán lamentarán el despido, pero a cambio se mantiene el orden, que no es poco. Aunque se verá hasta cuándo, pues no veo a ninguno supeditados a Serra, hombre que entiende las relaciones desde el mando absoluto y ejerciendo él, y sólo él, la autoridad.

Como es fácil imaginar, la batalla no ha terminado. Digamos que se ha cobrado a la víctima más fácil. Setién se va básicamente porque no ha cumplido con las expectativas del bético. La temporada pasada –no lo olvidemos, con una sola competición y con gol sacado de debajo de las piedras- quedó decretado el estado de felicidad. Ésta, con los rigores que debe sufrir todo equipo de nivel, ya no ha sido igual. De febrero para acá el equipo se ha caído. No se resolvió un problema capital, una carencia que se ve a leguas, la de contar con jugadores decisivos arriba. Bien que lo ha pagado el equipo. Qué casualidad, Miguelito, que quien ha quedado séptimo sí tiene a un futbolista de 20 goles. Veo mucha de oportunidad perdida con esta destitución. El Betis cuenta con una buena base, con la sapiencia de Serra y con una filosofía que mejorada en los metros finales podía y puede ser un filón. A Setién lo señalo por lo de Rennes –tampoco me olvido de la eliminación copera ante el Cádiz- pero se va dejando una clasificación europea, una semifinal de Copa, una personalidad definida en el juego, una millonada por Fabián, otra de camino por Junior, victorias sonadas… El bético se veía ya en todas las finales habidas y por haber, sobre todo en la de Copa, y desde ya digo que eso, con uno de los peores ataques de Primera, es imposible. Qué daño ha hecho la palabra plantillón…