Maradooooo...

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 26/11/2020

Espero no defraduarles, pero yo no conocí de nada a Maradona. Como bien recordaron Víctor Fernández y Manolo Aguilar -ellos sí convivieron con el astro- en nuestro pequeño vídeo homenaje al '10', ahora resulta que todo el mundo tomó café con Maradona, entrevistó a Maradona, salió con Maradona, conversó sinceramente con Maradona. Yo no. No estaba aún trabajando por aquella época, así que mi visión del año 1992 es la de un aficionado al fútbol que vivió con gran sacudida la llegada del Dios a la ciudad.

La verdad es que Maradona en el Sevilla no aportó nada. Jugó bien a ratos, a ratitos, algunos de ellos para recrearse, sin duda. Eso sí, todo en él era distinto. Sus calentamientos, sus lanzamientos de faltas con las botas desabrochadas, su sutil giro de tobillo para poner la bola donde le diera la gana o para controlar como sólo lo hacen los elegidos... Ningún futbolista ha tenido tanto magnetismo como Maradona, que al morir joven agrandará su leyenda. Supongo que ya le ganará de por vida y por goleada a Messi, su gran sucesor sin corona mundial.

La ausencia nos deja a los de mi generación un tanto huérfanos, pues es de esos personajes que siempre están ahí, que de vez en cuando ves y parece que nunca se irán. A mí me gustaba hasta su forma de vivir, lo que ocurre es que estamos en una época donde abundan especialmente los tontos y los tontos graban lo que no tienen que grabar y suben las cositas donde no tienen que subirlas. Pero repasen: orgullo de una nación y de una ciudad italiana, campeón del mundo, vencedor en Las Malvinas, autor del mejor gol de todos los tiempos, fiestero profesional, líder para remover causas... El que pueda, que empate. Prefiero estos 60 años a 80 sin aportar nada ni dejarle nada al mundo. Yo sí. A los tontos no les pido su opinión. Y ahora, como diría mi querido Maestro, que también convivió con él, canten conmigo: "¡¡¡Maradoooo...!!!"