Manuel Luis Pellegrini Ripamonti

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 22/02/2021

Que Pellegrini es muy buen entrenador se sabe desde que su padre le hablaba a su madre. Sentarse en banquillos tan potentes como el del Madrid o el City se encuentra al alcance de los elegidos. Él es uno de ellos. Había dudas sobre si ya venía de vuelta. Lógico pensamiento. El paso de los días, su aplomo para encarar situaciones difíciles y sobre todo los resultados demuestran que el Betis vuelve a estar liderado por alguien muy fiable. El momentáneo éxito de la temporada, remarco lo de momentáneo, se debe a él. Ya me dirán, si no: campa mucha medianía en la plantilla y sin embargo el equipo juega sincronizado, creyendo, poniendo barreras al rival. Todo ello, liderado por dos cracks como Canales y Fekir, por ese orden.

Conviene conocer la naturaleza verdiblanca. Ya he escrito más de una vez que el Betis, más que ningún otro club, necesita élite en su banquillo. De lo contrario, la entidad termina cayéndose a pedazos. No aguanta, cruje. Ser entrenador del Betis incluye convertirse en soporte de la institución. Como aterrice un mindundi en el banquillo, se abre un abismo, amenaza el descenso. Ya ven lo que ofreció Rubi, técnico insignificante al que hubo que despedir a los diez partidos. En su momento, Haro y López Catalán deslizaron, para que lo dijésemos los periodistas, que aquello fue una apuesta de Lorenzo Serra Ferrer. No digo que no, pero no me vale tal argumento. Ellos asumieron el nombramiento y además no lo liquidaron pronto, que es lo que hubo que hacer. Pero en cualquier caso, ya da igual. Aquello pasó sin excesivo daño. Ahora el líder natural es Manuel Luis Pellegrini Ripamonti. Buena elección de Haro y López Catalán. Acierto total. Con él al mando, el futbolista malo es regular. El regular, más que aceptable. Y el bueno sigue siendo muy bueno. La pena fue la Copa. Ay, aquel cabezazo de Raúl García...