La línea entre los grandes jugadores y todos los demás

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 14/04/2021

Sólo por este estado de ilusión que vive el sevillismo, ya merece la pena colocarse a seis puntos del primer clasificado en pleno mes de abril. Una distancia que es una señora distancia, ojo, pues realmente no es de seis sino de siete por el golaveraje. Una distancia que impone al ver que por arriba, además de este declinante Atlético de Madrid, viajan el Madrid y el Barça. ¿Los dos se van a caer? No lo creo. Y además, ya saben, cuando uno de los dos, o los dos, se ahoga, siempre aparece la mano arbitral para que el susto se quede en una ahogadilla juguetona. Eso al Sevilla no le pasará. Pero bueno... ¿y qué?

Relacionar al Sevilla con estos equipos ya es un logro. Vivir el cosquilleo de lo imposible es el paso previo para que la gesta, un día, sea posible. Analizar sesudamente los calendarios de los tres grandes ya es un logro. Comprobar si el cuñado del árbitro del Getafe-Real Madrid es el presidente de una peña madridista en Almendralejo ya es un logro... En fin, que el Sevilla, vía eliminatorias o ahora con la Liga, nunca da un respiro. Será clave la gestión mental de un momento muy estresante. Algo de tembleque de piernas vi en la primera parte en Balaídos. ¿A quién no le pesó el partido? Exacto, a Fernando, que es futbolista de élite desde que su padre le hablaba a su madre. Observen la imagen encogida de Koundé, Diego Carlos, Acuña, Joan Jordán... Futbolistas todos ellos muy fiables. Hará falta mano izquierda de Lopetegui y Monchi para que el equipo siga jugando vivo y con hambre. No es fácil. Estos momentos marcan la línea entre los grandes jugadores y todos los demás.