Suicidio

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 14/01/2023

Otro esperpento del Sevilla. Realmente, éste no se veía venir. O al menos yo no lo vi, pues el partido estaba controlado. Es cierto que controlado un poco de mentira, ya que los regalos fueron constantes. Tampoco estaba el Girona para mucho. El punto le valía. Sin apenas generar ocasiones, el Sevilla creció en la recta final del encuentro y se puso a tocar en campo del Girona. Sólo a tocar. Así, al menos, se confiaba en que apareciera una rendija para el golpe final, pero...

...Pero llegó el falló de Nianzou, central que no tiene cuajo alguno para una situación como ésta. Cuando tocaba realizar una buena lectura de partido -es decir, embarcarla y quedarse con el punto- el Sevilla cayó en una ridícula forma de jugar, muy de estos tiempos. Del portero al central hasta que el central falló y regaló el gol. Era un partido para no perderlo y echar la cuenta simple y maravillosa de empatar fuera y ganar dentro. Ahora, ante Cádiz y Elche, ambos frentes ya no se ven de la misma forma. La soga vuelve a estar bien atada al cuello.

Es cierto que el Sevilla no hizo nada del otro mundo. Arriba le costó mucho. Marcó un gran gol Nianzou, fichaje que ha roto en petardazo. Realmente, el equipo llegó poco y nunca encadenó buen fútbol de verdad. El balón parado de Rakitic y algún fogonazo aislado fue lo que alumbró. Al final, un Girona que no dijo nada remontó a este Sevilla sin rabia ni calidad. Sampaoli no aporta absolutamente nada, pero, claro, son tantos los fallos de planificación y tanta la dejadez del club que entiendo los reparos para despedirlo.