Rakitic, penalti de oro

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 21/01/2023

El Sevilla anda realmente mal, no hay duda. No creo que el partido ante el Cádiz fuera horroroso. Mereció ganar, lo cual no quita que su juego destila impotencia, escasos recursos para abrir una defensa mínimamente ordenada. El equipo carece de regate, velocidad, remate, de delanteros que se fabriquen algo... Es normal que todos los triunfos, escasos, sean fruto de una conjura astral. Esta vez, san Alejo metió la mano y Rakitic no falló.

El partido era de seis puntos, no hay duda. No ganar hubiera confirmado la trayectoria numérica hacia Segunda. Con el Barça en el horizonte, el Sevilla se encuentra en ese momento de la temporada en el que urge respirar. El calendario es clave y los seis puntos se deben quedar en casa. Ya van tres, gracias a un Rakitic que, ahora sí, se está echando el equipo a la espalda. Ha enlazado por primera vez desde que llegó un tramo de intervenciones decisivas. Ese penalti era de galones. Ese penalti era de él y no de Rafa Mir. De nadie. De Rakitic.

Entre la insistencia y la falta de ambición del Cádiz, el Sevilla fabricó un triunfo que le debe ayudar a serenarse. Atrás apenas se sufrió porque el Cádiz tiró un plan ultradefensivo. A punto estuvo de salirle bien. En defensa, no hubo fallos ante la poca oposición. Bien también Ocampos cuanso salió. ¿De verdad sobraba en esta plantilla? El sevillismo protestó al principio con toda la razón del mundo y al final respiró, que no festejó. No me paró demasiado en Pamplona. Elche, Elche y sólo en tercer lugar, Elche.