Pellegrini y ese mal perder que no logra dominar

Carlos Vizcaíno 07/03/2023

Manuel Pellegrini es la auténtica estrella del actual Betis. La calidad de la plantilla verdiblanca es notoria, pero la dimensión del chileno trasciende, como queda patente con el cariño que le profesa la afición. "Mucho mejor que te pidan fotos que no que te griten en la calle. Los tiempos que tengo trato de ocuparlo en actividades distintas, salgo y tengo contacto con la gente, me saco fotos sí, me paran", subraya el entrenador bético en una extensa entrevista concedida a 'El Pelotazo' de Canal Sur Radio en la que desvela aspectos de su personalidad.

"Me encantaría decir que he aprendido a digerir las derrotas, pero no es así. Las 24 horas, soy complicado. Es la realidad. Cuando comenzaba, oí a un entrenador que cuando tengas una derrota, terminó y que no hay nada más que hacer. Llevo 40 años y todavía no he podido. No lo consigo", desvelando su inconformismo vital: "Mi vida ha sido siempre de desafíos. Desde chico, después ser universitario y jugar al fútbol, me tuve que exigir. No tenía grandes condiciones. Esa exigencia ha sido la base de la prolongación de mi carrera, la motivación es esa, exigirse tanto tiempo. Me motiva el mejorar, exigir a un grupo que tenemos un partido importante independientemente de lo que hagamos, el fútbol es presente. No soy tan serio como lo parece, pero sí soy exigente porque cuando uno es exigente consigo mismo la traslada al grupo. Hemos tenido suerte de que los jugadores la han aceptado. Ven una preparación y una exigencia del cuerpo técnico".

Después de 35 años dedicado a los banquillos y 15 como jugador, la vida de Pellegrini está marcarda por el fútbol, pero desvela otras aficiones:  "Me gusta el tenis, el deporte, el golf, viajar con mi señora, aprovechar tiempo libre. Uno disfruta de tiempos más cortos, de la actividad, la exigencia. He trabajado en seis países distintos. Llevo 25 años trabajando fuera de Chile y lograr estos éxitos es lo que me satisface. Disfruto haciendo estas cosas".

Por otro lado, recordó su etapa de ingeniero. "Salí del colegio teniendo 17, con 23 ó 24 años estaba licenciado. De 24 a 39 trabajé en mi empresa de construcción, hice casas, edificios, paralelamente a mis dos años primeros de entrenador. Luego, tuve que elegir. La mentalidad de ingeniero hace que uno quiera que las cosas sean exactas, que en el fútbol no lo son".

Por último, mostró su aprobación por el VAR, pero con algún aspecto a mejorar. "Me gusta, pero hay que dividir el análisis. Primero, soluciona las cosas que no hay criterio por medio. Si fue fuera del área y era penalti, las manos... En segundo lugar, tiene que ir mejorando la relación con el árbitro y el VAR. El VAR tiene que ayudar. A la velocidad que se juega, el árbitro no puede verlo todo, tiene que ser una ayuda, no un cuestionamiento".