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Con semanasantidad y alevosía

Lucas Haurie
Lucas Haurie
28/03/2024

Anunciado hace casi un lustro como el “Niño de Josemi”, para indignación de su progenitor, en este Jueves Santo lluvioso sí ha salido en procesión José López Piñas al que papá ha vestido de monaguillo y colocado a repartir caramelos en la cofradía de la Santísima Meritocracia Por las que Hilan. Al bueno de Miguel Calzado, o sea, se le está poniendo cara de pavero, ya saben, ese abnegado nazareno que intenta organizar la marcha, de natural en orden disperso, de la grey infantil. Mucho han tardado en darle un sueldo al fenómeno, pues su tito Ángel ya lo responsabilizó del fichaje de Lo Celso

En plena campaña denigratoria contra Lorenzo Serra Ferrer, cuando aquellos siete folios de la vergüenza, el presidente del Betis (que ha heredado de Lopera no sólo las mañas para el control societario, también su habilidad fabuladora, aunque en él exenta de toda gracia) contó sin descojonarse que al crack argentino le había echado el ojo "un consejero y su familia viendo un partido de la liga francesa". Se refería a López Catalán y a su vástago, en efecto, que era por lo visto uno de esos chicos que desperdician sus mejores años escudriñando la táctica que el Olympique Roquefort opone al bloque bajo del Stade Cruasán… casi mejor sería irse de botellón todas las tardes, qué quieren que les diga. 

Los trienios de profesión ponen a la fuerza un punto de escepticismo a la visión del fútbol profesional, en el que hemos contemplado prodigios de todo tipo. El nepotismo está a la orden del día y sólo hay que acordarse de los ayudantes de los dos entrenadores más reputados de la Liga, el del Real Madrid secundado por su hijo y el del Barcelona asistido por su hermano. A otro hermanísimo, el de Nabil Fekir, le va a alcanzar la edad de jubilación en el Betis Deportivo, donde juega con chicos que llevaban pañales cuando él ya se afeitaba. Nadie vea en este comentario partidismo vecinal, pues sucedió en Nervión que el primogénito de Monchi trabajaba para la dirección deportiva del Sevilla, igual que ahora lo hace para la del Aston Villa. 

Los hijos de Gil, Roig o Del Nido, entre otros, ostentan máximas responsabilidades en los clubes en los que reinó su progenitor, como si de una monarquía hereditaria se tratase, y he aquí el salto cualitativo que acaba de escenificar el Real Betis en el enchufismo, tan frecuente en este mundillo de pícaros: José López no pasta del pesebre que corresponde a un pariente-empleado cualificado, como los mencionados en el párrafo anterior, sino que cobra por ser hijo de "El jefe de todo esto" (Lars Von Trier), o sea, del dueño. Porque, a la chita callando, resulta que Don Haruel y su fiel Catalanza se han quedado con el club. Quod erat demostrandum desde que el buen, éste sí, presidente Ollero dio la voz de alerta.