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Contra los conspiranoicos, criterio

Lucas Haurie
Lucas Haurie
05/05/2024

La expulsión de Jon Moncayola que le allanó al Betis el camino en Pamplona, donde estaba perpetrando uno de esos partidos mandangueros que tanto peligro acarrean en los finales de temporada, retrotrajo enseguida a los memoriosos a la roja directa que vio Álex Moreno en Vallecas el 9 de enero de 2022. Ese día, pese a verse con diez a la media hora, no perdieron los chicos de Pellegrini con el Rayo, así que nadie debe restar méritos a un triunfo que, en Primera y fuera de casa, siempre es meritorio. ¿Le pareció justo el trato que le dio entonces Muñiz Ruiz al lateral catalán? En ese caso, y sólo en ese caso, defienda hoy la decisión de García Verdura.

Las entradas imprudentes conllevan castigos disciplinarios según las consecuencias sobre el victimado. Miranda e Isi, coprotagonistas de las acciones que nos ocupan, sangraron de forma abundante tras la patada y los árbitros, tanto el de campo como el de monitor, enrojecieron una tarjeta que origen era amarilla. Podrá ser discutible o podrán o no estar de acuerdo, a mí me parece un pelín excesivo, pero no deja de ser un criterio que los muy denostados -a veces injustamente- colegiados españoles han aplicado con unicidad independientemente del color de la camiseta de los contendientes. Ni a favor ni en contra: no hay conspiraciones arbitrales, sólo errores.

La cierto es que el Betis cabalga hacia su cuarta clasificación europea consecutiva y que, por encima de ello, ha ganado una Copa del Rey por el camino. Este periodo de bonanza sin parangón en la historia verdiblanca coincide con el mandarinato de Luis Medina Cantalejo, sevillista confeso para desconcierto de malpensados y hombre de confianza en el CTA de su tocayo Rubiales, peón en la política futbolística del PSOE… el partido infiltrado en la dirigencia del Betis a través de empresarios afines y reputados hijos de alguien. Para animar las tertualias de los malpensados de la otra acera.

El bético, sin embargo y justo es, guarda memoria de mil agravios arbitrales en estos últimos años -lo de las expulsiones de la temporada pasada resultó llamativo- y también nos podríamos acordar de entradas temerarias de futbolistas verdiblancos, con lesión del rival incluida, que no fueron castigadas con el rigor de García Verdura hacia Moncayola: Masip el año pasado en el Villamarín, atropellado por Ayoze, y esta misma temporada en Mallorca Samu Costa, pateado por Cardoso. Ambos, al contrario que hoy Miranda, tuvieron que ser suplidos y estuvieron varias semanas inactivos. Los árbitros a las órdenes del sevillista Medina Cantalejo y del socialista Rubiales, ahí, no se atuvieron al criterio de expulsar a quien mande, aunque sea involuntariamente, a un futbolista a la enfermería. ¿Conspiración? Ni a favor ni en contra: sólo errores.