0-1: Inmortales

Lucas Haurie
Lucas Haurie
11/12/2021

La moral tronchada y el parte médico ahíto amenazaban ruina en San Mamés contra este Athletic carente de puntería, pero a los músicos se les paga una vez que el baile ha terminado. Era una noche para contrariar a los agoreros que habitan tanto a orillas del Nervión como en el barrio de Nervión, porque los unos denunciaban la falta de gol de su equipo y los otros temían que el suyo persistiese en su estado de frustración tras la Champions. Y el Sevilla, en efecto, dio razón a los pesimistas con un primer tiempo demencial en el que sus defensores, con Koundé como quintacolumnista en jefe, regalaron media docena de ocasiones clarísimas a unos leones que, en verdad, parecían desdentados.

El formidable central francés compareció en un estado de enajenación mental transitoria que lo llevaban a perder balones al borde de su área, como el que entregó a Iñaki Williams en el primer mano a mano que ganaba Bono. Ese primer periodo fue una sucesión incesante de oportunidades del Athletic: dos palos mediante Dani García y Vencedor, un paradón del portero sevillista a Raúl García, un fallo de Muniain a dos metros de la línea, la extrema debilidad de Augustinsson explotada por Nico Willians que rozaba el poste… Un desastre visitante sólo paliado el golazo que marcaba Delaney cuando se avizoraba el descanso. El danés controló al borde del área con tiempo para divisar la escuadra más lejana y alcanzarla con una rosca diabólica de su preciso pie izquierdo.

Si alguna vez puede tildarse con propiedad de “injusto” un marcador, era en el descanso del encuentro, en el que Sevilla cargaba de argumentos a los desafectos que lamentan su suerte rayana en lo esotérico y alimentaba el orgullo de los propios por su costumbre de salirse del ataúd en su propio entierro riéndose de la parca con un bailecito burlón. Pero para quedarse con los tres puntos o sumar siquiera uno, ojo, era perentorio cambiar radicalmente en el segundo tiempo, que los chicos de Lopetegui encararon con mejor disposición. Era imposible empeorar. Sin prácticamente aparecer en ataque, eso sí, transcurrió media hora con una sola ocasión clara sumada por el Athletic, un remate franco que Muniain tiró a las nubes.

Las entradas de Joan Jordán y Rekik mejoraron al equipo de cara al tramo final, ése en el que hay que decidir si se busca rematar al rival o se fía todo a la defensa. Fue el plan elegido por Lopetegui, que incluso se permitió el lujo de sacar a Gudelj, cuyos malos minutos en este escenario la pasada temporada facilitaron la remontada. Así se redimen los tíos… el serbio eliminando ese mal recuerdo y sus compañeros con una victoria inesperada, porque el clima en las horas previas al encuentro era ciertamente funerario. Asentado en la segunda plaza y expectante ante la recuperación de efectivos vía curaciones o vía mercado, la catástrofe de la Champions es menos catastrófica con estos tres puntazos que los pobres de espíritu y los envidiosos, el Altísimo se apiade de ellos, achacarán a la suerte.

Ficha técnica: 

Athletic de Bilbao (0): Unai Simón; Lekue (Petxarromán, minuto 64), Yeray, Iñigo Martínez, Balenciaga; Nico Williams (Berenguer, minuto 75), Dani García (Zarraga, minuto 64), Vencedor, Muniain; Raúl García (Sancet, minuto 56) e Iñaki Williams. 

Sevilla FC (1): Bono; Montiel, Koundé, Diego Carlos, Augustinsson (Rekik, minuto 64); Fernando, Delaney, Óliver Torres (Joan Jordán, minuto 64); Óscar (Gudelj, minuto 84), Rafa Mir (Munir, minuto 78) y Papu Gómez.

Goles: 0-1, minuto 37: Delaney.

Árbitro: Hernández Hernández, canario. Amarillas para Lekue, Dani García, Vencedor, Fernando, Rekik, Koundé e Íñigo Martínez.