Mendilibar, objetivo cuatro triunfos

Miguel Ángel Chazarri 21/03/2023

Ya está aquí Mendilibar, entrenador que goza de mis simpatías y, creo, de las de toda España. El hombre cae bien, lo cual es una virtud. No es cuentista, no es dogmático, se le ve como el esforzado entrenador que con dos alambres siempre ha intentado construir un barco. Y éste ha navegado razonablemente bien. De Mendilibar gusta su mensaje, su alergia al rollo del bollo que nos intentan colar estos infatigables hombres de fútbol, repleto de tonterías y tablets. Se trata de entrañable técnico de chándal y ambigú, sin el menor menosprecio a tan dignísima prenda y a tan dignísimo espacio. No nos engañemos: Mendilibar está aquí porque es barato y no pide otra temporada

Pero el Sevilla no necesita simpatías ni diagnosticadores. Necesita triunfos y coherencia. Por ahí supongo que empezará Mendilibar. A un equipo tan sumamemente malo no se le puede confundir, no se le puede pedir que divida con decimales. Hay que ponerle en la pizarra la tabla del uno. También dejarle claro que dos más dos son cuatro. Siempre y en todas las circunstancias. Para empezar, urge poner a los jugadores en su sitio y no como ocurrió en Getafe, en el que había hasta cinco jugadores fuera de su posición natural. En época de crisis, nada peor que la confusión, justo lo que ya estaba aportando Sampaoli, que, ojo, dice adiós habiendo ganado cinco vitales partidos en casa. No es éste un dato menor, en absoluto.

Habrá que ver aquí a Mendilibar en una situación de máxima tensión. Habrá que ver cómo se maneja ante la realidad de un grande que se va al hoyo, cómo doma a un vestuario peligrosísimo, que pese a que no gana nunca sí cuenta con símbolos en declive y gente muy sospechosa. Ahora mismo es imposible conocer tales respuestas. Mientras, creo que la solución es poder poner cuanto antes a dos centrales de central, ¡milagro!, con Pape Gueye y Fernando por delante. Con ese armazón, más gente de físico como Acuña, Navas, Bryan, Ocampos, En-Nesyri y hasta Rafa Mir, veremos si puede nacer algo parecido a un equipito. Con un 4-4-2 de manual, a por el punto en Cádiz, resultado estupendo que queda firmado ahora mismo.