Un enorme logro que no debe esconder la realidad liguera

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
05/06/2023

En San Sebastián acababa para el Sevilla FC un curso que nació torcido, pero que ha sido capaz de salvar a lo grande tras adjudicarse en Budapest su séptima Europa League.

El logro, siendo inmenso, no debe servir para esconder todos los defectos mostrados por un equipo que ha empeorado notablemente los registros ligueros con respecto a la 21/22. Los fríos números no engañan.

La pasada campaña, el cuadro blanco acababa la Liga en cuarta posición tras sumar 18 triunfos, 16 empates y únicamente 3 derrotas, habiendo anotado 53 goles y encajando 30, cifra que permitió a Bono adjudicarse el Trofeo Zamora).

En la recientemente terminada, ha concluido el doce después de acumular 13 victorias, 10 empates y encajar 15 derrotas. Y tras haber logrado 47 goles y recibir, 54. Valores muy distintos que no únicamente deben achacarse a las ausencias en defensa de Jules Koundé y Diego Carlos.

A nadie se le escapa que los datos anteriores todavía podían haber sido peores de no haber dado José Luis Mendilibar con la tecla, cuando el descenso a Segunda división era algo que pasaba por la cabeza de muchísimos sevillistas tras los tropiezos ante Osasuna y Getafe.

El Sevilla FC ha cerrado la Liga igual que la inició en agosto: Con una derrota por 2-1 ante Osasuna en el remozado estadio de El Sadar.

Hora de benditas reflexiones, pues el título ya descansa en las vitrinas, pero ello no quita que haya que trabajar de una forma muy distinta a la del pasado verano.