En manos de Sergio Ramos

Paco Cepeda 03/02/2024

Lo voy a repetir, por si queda alguna duda después de 200 artículos y horas y horas de radio y podcasts: soy de los que defendían que Sergio Ramos así y a esta edad no debió firmar por el Sevilla FC de ninguna de las maneras. Una vez que he podido comprobar el nivel de juego, ese pensamiento previo lo hago categórico. Error grosero, uno más. Pero está aquí, y el Sevilla está desangrándose y sin liderazgo alguno. Quique Sánchez Flores, para escurrir el bulto, dice que no conoce la plantilla como otros y que él y su equipo de trabajo, y otros anteriores, lo han bordado en los entrenamientos de la defensa del balón parado pero que estos chicos pierden la marca y en general no se concentran ni valen nada. Eso no crean que en un vestuario convierte a Quique en alguien con mando, capaz de liderar, porque en realidad no tiene ascendencia ninguna en el grupo ni en el club, porque estudiar dos años en Portacoeli no te da un carné de saber cosas útiles con respecto al Sevilla. El sobrino de la Faraona, por desgracia, no va a levantar esto ni tiene herramientas para hacerlo.

En el Sevilla de los últimos años, Monchi sí era un líder total, para lo bueno y lo malo. Capaz de darle una tragantá a Isco o de sacar la mejor versión de un triste como Luis Fabiano. Habría mil ejemplos de la incidencia del gaditano en el día a día del Sevilla, pero no es momento de darle ni palos ni de reflexionar sobre Monchi, lo traigo a colación porque es evidente que Víctor Orta no sabe hacer eso. El último cruce de declaraciones con Januzaj, el relato de lo que pasó con Rafa Mir..., nos evidencian que lo mismo tampoco es el chico más popular en el vestuario.

La presidencia, José María del Nido Carrasco, de momento no se ha ganado esa autoridad que ahora es tan necesaria. Bajo mi punto de vista se equivocaron en la transición entre Pepe Castro y él mismo y las decisiones de peso no acertadas del grupo de gobierno le han restado crédito en su comienzo de mandato. Del Nido Carrasco es cercano, eso sí, al grupo, pero a día de hoy lo hemos visto siempre a las maduras, con la gente ganando cosas y con el viento a favor en el vestuario, aunque con su padre estuviera la cosa interna que echa humo desde hace años.

¿Quién narices entonces recompone ese vestuario hoy? Porque todo eso que ha pasado estos días, ese chavalerío nuevo y con poco peso que ha entrado, ese Januzaj defendiéndose, ese Mariano que sabe que el club lo ha querido despedir, ese Rafa Mir que no se va a poner más la camiseta del Sevilla si fuera por los que mandan... Eso es lo que denominamos un polvorín en toda regla. Y aquí, aunque ya su nivel futbolístico no le da el plus extra de mando, Sergio Ramos se tiene que ganar el sueldo. Jesús Navas no está para eso, además a la leyenda de verdad del Sevilla hay que cuidarla, así que el león de Camas, el comandante de la legión sevillista, aunque ya no esté para cerrar la falange, sí es el único que comprendiendo todo esto que pasa, puede y debe encauzar la convivencia. Le toca, es la única manera que le queda de ayudar en algo que no necesita ya la pericia con los pies ni saltar más que nadie y correr rápido al cruce. Tiene y debe pacificar y ordenar ese vestuario revuelto a más no poder. Lo mismo, en una situación deportiva seria, no debería jugar ni un minuto, pero ahora, por las circuntancias, se ha convertido seguramente en la persona que puede ayudar de verdad a evitar un desastre que está mucho más cerca de lo que se puedan pensar. Con 17 puntos y esta situación institucional y deportiva lo normal es irse al garete. En manos de Ramos; algo que no debió pasar nunca, pero ahora, cuando no se ve otra luz, se convierte en vital.