1-0: ¡Equipo!
Lucas Haurie 11/02/2024 |
Con poco se conforma la parroquia, ya ven, para salir del Sánchez-Pizjuán toreando: un triunfo mínimo y sufrido que no promete gestas europeas ni anticipa el tacto de la plata, sino que apenas permite escaparse a seis puntos del decimoctavo. Pero es que… en la vida, en fin, uno se alegra de lo que puede y el panorama hace siete días era aterrador. Y no se embale nadie calculando distancias a la mitad de arriba porque los problemas están lejos de haberse solucionado, aunque parece que ahora sí ha conseguido Quique Flores armar un equipo de fútbol. Parecerá poco a los exigentes, y bien que hacen en arquear la ceja, pero es mucho comparado con los augurios de antier.
La primera parte de Isaac Romero fue para que, justo eso pasó, el realizador alternase la repetición de sus jugadas con primeros planos de Luis de la Fuente y el comentarista recordarse que, ojo, su cláusula de rescisión es de sólo 15 millones de euros (uno menos de lo que costó Rafa Mir, si me permiten la broma). El lebrijano se arriesgó a estamparse contra el poste para remachar el córner peinado por Ocampos al cuarto de hora, cuando Oblak ya había detenido dos tiros peligrosos de Jesús Navas y Acuña, pero ni mucho menos fue el gol lo más destacable que hizo en 45 minutos de primor. Falló, eso sí, el 2-0 al confiarse en un remate a bocajarro a centro de Óliver Torres y también le devolvió la asistencia en un contragolpe al extremeño, que la malogró con un tiro flojo. Se topó con la cruceta en otra jugada de ariete de instinto, tras comerle la tostada a Marcos Llorente y, ya en la segunda parte, galopó hasta el borde del área para largar un zurdazo que, de haber entrado, habría puesto bocabajo al Sánchez-Pizjuán. Vaya irrupción.
"Energía" es la palabra más repetida por Quique Flores y de eso dota al equipo Isaac, víctima de un penalti clamoroso inexplicablemente ignorado por los árbitros. También En-Nesyri, cuyo regreso ha sido balsámico por cómo presiona y en la defensa del balón parado, y Ocampos, un purasangre desatado en el carril zurdo, donde se entiende a la perfección con Acuña. Además de energético, el Sevilla fue seguro en defensa contra el Atlético, que lamentará su mala puntería y las apariciones providenciales de Nyland (mano a mano ante Morata) y Navas (salvamento a vikingo batido con afortunado flipper con Memphis que se marcha fuera). Los centrales, estupendos, sobre todo Badé, y el centro del campo por fin lució gracias al partidazo de Óliver Torres, y de Suso cuando lo suplió, con Soumaré aplicado en la escolta.
La victoria también se sustanció, o al menos lo hizo sin demasiado agobio en los minutos finales tras un inicio de segunda mitad que anunciaba asedio colchonero, gracias a un factor numérico. El Sevilla, por fin, puede sacar del banquillo a futbolistas que ayuden y Quique Flores le ganó la partida de los cambios a Simeone, porque el encuentro quedó narcotizado cuando ambos técnicos comenzaron a mover el banquillo. La pregunta tras el triunfo en Vallecas era si la permanencia se avizoraba. Ahora puede decirse que la primavera se anuncia (más o menos) tranquila. Si nadie se caga la jangá, que aquí somos especialistas.
Ficha técnica:
Sevilla FC (1): Nyland, Jesús Navas (Juanlu, minuto 64), Sergio Ramos, Badé, Acuña, Soumaré, Sow (Joan Jordán, minuto 88), Óliver Torres (Suso, minuto 64), Ocampos, Isaac Romero (Lamela, minuto 77) y En-Nesyri (Pedrosa, minuto 88).
At. Madrid (0): Oblak, Llorente, Paulista, Witsel (Reinildo, minuto 66), Hermoso, Lino (Rodrigo Riquelme, minuto 83), De Paul, Koke (Correa, minuto 60), Barrios (Nahuel Molina, minuto 46), Griezmann y Morata (Memphys Depay, minuto 46).
Goles: 1-0, minuto 15: Isaac Romero.
Árbitro: Iglesias Villanueva, gallego. Roja para Jordi García, ayudante de Quique Sánchez Flores. Amarillas para Witsel, Suso y En-Nesyri.