El gran tijeretazo viene este verano: hacia una plantilla de 95 millones de euros

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
29/02/2024

A la fuerza ahorcan. En el Sevilla no habrá más remedio que apretarse, y mucho, el cinturón el próximo verano. La razón es bien sencilla. Los ingresos se van a desplomar. No disputar competición europea meterá al club, que, ojo, todavía no ha amarrado la permanencia, en una dimensión desconocida en los últimos años. Se acabaron las fichas de 2,5 y 3 millones de euros, cantidades que actualmente se cobran con relativa facilidad en la plantilla.

La previsión económica de la entidad para la próxima temporada es colocar el coste de la primera plantilla en 95 millones de euros, según adelantó el periodista Rafael Pulido en Canal Sur Radio. Significa esto que se asemejará en cuanto a coste a la de clubes como el Athletic de Bilbao (cuyo límite salarial es de 100,61), Betis (93,241) o Valencia (85,528). Recordemos que una cosa es tener un límite equis y otra pagar equis en salarios de futbolistas. No hay por qué agotar el límite, aunque los clubes de España son expertos en gastarlo todo y un poquito más.

El Sevilla ha ido bajando su límite salarial de los 199,855 millones de euros en el invierno de 2023 a los 168,720 millones con el que ha empezado la actual Liga, hasta llegar a los actuales 152,286 tras el mercado de invierno de este año. Y seguirá bajando. En un año, a la mitad. Se acumulan déficits de 84 millones en los tres últimos ejercicios y, sobre todo, la pronta eliminación de Europa provocará pérdidas de en torno a los 40 millones de euros. El club presupuestó 80 millones de ingresos por competiciones, partida a la que ni de lejos se llegará. Literalmente, la plantilla es insostenible.

De esta forma, la dirección deportiva ya inició este pasado verano el duro camino con la fórmula de las rescisiones de contrato, caso del Papu Gómez, Tecatito Corona o quizás la menos entendible de Idrissi, en tanto en cuanto el extremo parecía colocable. Se vendió a Bono con mucha necesidad y este invierno han salido dos capitanes con elevadas fichas como Fernando y Rakitic. A grandes rasgos, estas han sido las operaciones relevantes que han servido para ir soltando lastre.

Para el próximo verano quedan pendientes las salidas de Rafa Mir, Januzaj y Joan Jordán, todos con fichas muy altas. Claramente, han cumplido su ciclo. No hay perspectivas de renovación ni para Lamela ni para Óliver Torres. El club estudiaría con muy buenos ojos las salidas de Ocampos y Acuña, que terminan en 2025. Jugadores sin rendimiento como Dmitrovic, Marcao o Nianzou también parecen llamados a salir...
  
Los casos de Jesús Navas y Sergio Ramos

Comen aparte, aunque tampoco demasiado, Jesús Navas y Sergio Ramos. Si Sergio Ramos desea ganar más, sus días en el Sevilla están contados. A Navas también se le va a proponer una gran rebaja salarial, al estilo de lo que actualmente cobra Ramos (1 millón). Ambos tendrán que decidir si terminan sus carreras en casa o emprenden la aventura exótica.

En cuanto a los cedidos, en este momento no parece probable que se quede ninguno, aunque no ha terminado la temporada y habrá que evaluar los rendimientos. La opción de compra de Soumaré es de 15 millones. Imposible. La de Hannibal, que ni juega, de 18. Más imposible aún. Víctor Orta ya ha esbozado algo de su hoja de ruta con los fichajes de Idumbo o Mateo Mejía. Todos no serán de este arriesgado perfil, evidentemente, pero sí de un nivel salarial mucho más bajo que lo que ha venido tiempo atrás. El Sevilla de las elevadas fichas se ha terminado.

Evidentemente, la obligación de vender a jugadores, existente aún en Champions, resulta ahora aplastante. Por suerte, ha surgido un talento de la cantera como Isaac Romero. Aún no ha renovado. Y si En-Nesyri realiza un buen final de campeonato, también generará movimiento. Los delanteros y los mencionados casos de Ocampos y Acuña, ambos a la baja, son los únicos con mercado. Los traspasos ayudarían a equilibrar los números. Se avecina otro Sevilla no necesariamente pobre de calidad, aunque sí mucho más barato. Ingenio, anticipación en las operaciones y buena vista deben ser los condimentos obligatorios para la ardua tarea.