0-2: Una angustia menos en Canarias

Lucas Haurie
Lucas Haurie
14/04/2024

La victoria del Sevilla en Las Palmas no le garantiza la permanencia, aún quedará alguna jornada que tiente al uso de las calculadoras, pero sí certifica el fin de la crisis de incalculables consecuencias que desató la derrota ante el Celta. Un mes y dos jornadas después, el preciosista equipo de Giráldez está a seis puntos, una enormidad, a tres menos que un Cádiz que navega a nueve. Si estos dos reaccionan, aún podría ser a costa de Rayo o Mallorca, que también le miran la matrícula a los de Quique Flores. El duelo del lunes de resaca ante los isleños en Nervión sí podría resultar definitivo, según qué marcadores depare el fin de semana de Feria. De momento, brinden por las porterías a cero y por la cabecita privilegiada de En-Nesyri

Si dice el adagio que Dios escribe derecho con renglones torcidos, lo mismo podríamos decir de Quique Flores, que gasta pintas de profeta bíblico y habla con cachaza de predicador. La yuxtaposición de Soumaré con Gudelj en el doble pivote, ensayada ya en Getafe, prometía escaso fútbol y mucha desesperación: lentitud paquidérmica en la presión con peligro de pérdida permanente. Sin embargo, el serbio se ganó el título de MVP en la primera parte al provocar la expulsión de Coco, amarilla convertida en roja tras oportuna intervención del VAR, y asistir a En-Nesyri para abrir el marcador cuando el descanso se olisqueaba entre bostezos. 

En superioridad numérica desde el minuto 5, los sevillistas no se hallaban. Demasiado impacientes, como queriendo sacar partido a su ventaja enseguida, y poco contundentes en defensa, como si la expulsión hubiese desactivado la capacidad de Las Palmas de hacer gol, ese primer acto sólo lo animaron dos llegadas ante Aarón de Isaac Romero, que resolvió de manera espantosa en ambas ocasiones para opositar a un cambio de apellido: Isaac Mir. Luis de la Fuente vigilaba desde el palco al lebrijano, al que sus compañeros fueron a consolar en manifestación cuando En-Nesyri cabeceó el 0-1. Buen detalle con el chaval en apuros porque, en verdad, lucía cara de agobio. El centro de Gudelj, obligado es remarcarlo, fue un caramelo

Duraría el suspense hasta el segundo gol sevillista, estaba claro, pero Isaac volvió a obcecarse nada más empezar la segunda mitad, cuando malogró una estrategia por querer marcar él en vez de ceder a uno de los dos compañeros que se la pedían para empujarla. Total, que se llegó al setenta con ventaja mínima y el público grancanario encendido por los (presuntos) agravios arbitrales, también esperanzado porque un par de chutazos de Sandro habían acelerado el pulso de Nyland. Badé, tarjeteado, dejó su puesto Agoumé para que Gudelj se retrasase y Navas entró por Ocampos en el carril derecho. Tocaba pues sufrir. 

Es verdad que, con el calor reinante, Las Palmas carecía de fuelle para generar ocasiones. Pero no es menos cierto que el Sevilla se puso en peligro por su incapacidad para dar tres pases seguidos que, si no generasen ocasiones, sí hiciesen correr a los fatigados jugadores locales. Fabricó En-Nesyri la jugada liberadora sobrepasado el ecuador del descuento, cuando temporizó para esperar la llegada de Agoumé, cuyo pase de la muerte remachó Lukebakio tras despeje deficiente de Aarón. Qué trabajito había costado pero qué bien sientan estos tres puntos que eran una promesa desde la tempranera expulsión de Coco. Suponen (casi) la salvación.

FICHA TÉCNICA: 

UD Las Palmas (0): Aarón; Álex Suárez (Kaba, minuto 90), Coco, Mika Mármol, Cardona; Kirian, Javi Muñoz (Benito, minuto 77), Perrone (Campaña, minuto 86); Marvin, Moleiro y Sandro (Munir, minuto 77).

Sevilla FC (2): Nyland; Ocampos (Agoumé, minuto 66), Badé (Jesús Navas, minuto 66), Sergio Ramos, Kike Salas, Pedrosa; Gudelj, Soumaré, Óliver Torres (Lukebakio, minuto 78); Isaac Romero (Suso, minuto 78) y En-Nesyri.

Goles: 0-1, minuto 44: En-Nesyri. 0-2, minuto 93: Lukebakio.

Árbitro: Muñiz Ruiz, gallego. Expulsó por roja directa a Coco. Amarillas para Álex Suárez, Moleiro, Marvin, Sergio Ramos, Kike Salas, Lukebakio y Nyland.