Suso al campo y por fin salvado

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
22/04/2024

Sevilla y Mallorca completaron un discreto partido de fútbol. Nada nuevo, nada que sorprenda, aunque en el caso del Sevilla su primera parte causó estupor. Minuto que pasaba, minuto que el equipo mostraba sus carencias en todo su esplendor, especialmente en el centro del campo, línea que fue una completa calamidad. Simplemente, no hizo nada. Ni robó, ni tocó, ni dificultó... Unos futbolistas trotones por ahí dando vueltas al estilo Moacir, a ritmo de partido veraniego en Chicago.

Quique Flores optó por Agoumé. Lo tuvo que quitar al descanso. Pases fáciles, poco ritmo. Además, su titularidad desplazó a Soumaré a la derecha. Vestir para desvestir, se llamó la película. No es que Soumaré rinda demasiado en el centro del campo, pero si quiere ser alguien en la vida debe ser ahí. La primera parte transcurrió entre bostezos y pitos de la gente. El equipo fue Ramos, que salvó un gol cantado. Y una clara ocasión fallada por Isaac Romero, que luego marcó con suerte. No hubo más. No había duda. Aquello pedía una reforma integral al descanso.

Salió Suso y el partido tuvo otro color. El Mallorca, equipo corto pero siempre compuesto y con orden, fue sucumbiendo ante las jugadas de tunante del gaditano, que igual que mostraba la pelota por un lado, salía por el otro. A un pase estelar de Navas le siguió un centro no menos estelar de Suso. Conectó En-Nesyri. Bastó poner algo de fútbol en el centro del campo para que la noche cambiara. Quique erró en la alineación, pero corrigió rápido y aquello terminó en victoria plácida, cánticos de derbi y unos segundos finales de absurda inquietud. Muchos han sumado (Nyland, Ramos, En-Nesyri...), pero quien de verdad ha salvado al Sevilla de un descalabro se llama Quique Flores.