Quique Flores abrillanta sus números mientras el club sigue dudando

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
06/05/2024

Realmente, no se sabe qué no gusta a los directivos del Sevilla de Quique Flores. Bueno, sí se sabe. Se sospecha que Quique no cederá para dar oportunidades al supuesto talento joven que está por venir. En tal caso, lío servido. Para eso, piensan en el club, otro técnico que empiece de cero, que no haya visto nada del funcionamiento interno del Sevilla y que acepte las pautas de arriba.

Quique gana mucho. 28 puntos desde que llegó. En su clasificación parcial, el Sevilla sería séptimo, a 2 puntos de la Champions. Va a dejar al Sevilla salvado con bastante holgura después de una temporada muy dura, donde se ha mirado constantemente hacia abajo y donde la frase más repetida ha sido 'menos mal que los de abajo no ganan...'. No ha habido ni una sola alegría. Ni una.

El actual entrenador cogió al Sevilla con 13 puntos. Lo ha salvado en el trayecto de calendario que va de Granada (19 de diciembre, 0-3) a Granada (5 de mayo, 3-0). Es cierto que el fútbol desplegado no ha sido muy allá, si bien ello depende directamente de la calidad de un plantel deteriorado. Además, se va cumpliendo una de las profecías de Quique. Con el objetivo amarrado, el equipo jugaría más suelto. El Sevilla viene de completar un derbi aceptable en el Villamarín y un buen partido en casa ante el Granada.

Su renovación

En estos momentos, hay pocos avances. Las partes deben reunirse. Quique no ve mal seguir, pero no se fía de lo que le puedan traer en un verano en el que la base del equipo al completo (Ramos, Acuña, Ocampos, En-Nesyri, Isaac Romero...) puede marcharse.

Dentro del hecho de que resulta difícil que el club le asegure algo en este sentido al técnico, Quique necesita certezas para no encontrarse en la antesala de un despido en la jornada cuatro, cinco o siete. Quique ha ido derribando reticencias. El equipo no ganaba, el equipo ya gana. El equipo no jugaba bien, el equipo ya juega algo mejor. Quique no pone a los jóvenes, Quique pone a los jóvenes (Agoumé). La próxima, ¿cuál será?

Por el momento, no se han limado diferencias. Diferencias, ojo, que ni mucho menos son guerras ni dificultan la convivencia. Simplemente, una parte mira a la otra con recelo para el futuro. Pero esto es fútbol y despedir a un entrenador ganador siempre resulta arriesgado. El Sevilla de la reconstrucción aún no tiene capitán. Quique, por su excelente labor, oposita a ella con algo más de fuerza tras el 13 de 15 firmado. Ha logrado construir un equipo. Y gana. La pelota, en el tejado de los dirigentes.