La intrahistoria de las horas más convulsas de Navas: se derrumba y da marcha atrás

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
18/05/2024

Las últimas horas de Jesús Navas pasarán a la historia del fútbol sevillano. Pocas veces se ha visto una cosa tan inesperada, tan extraña, tan absurda. ¿Qué ha pasado para que la afición del Sevilla se haya encontrado con un nuevo motivo de preocupación?

En primer lugar, Navas no se ha querido ir en ningún momento. Realmente, ha sido una historia más de su agencia de representación, Bahía, y de su entorno familiar, en el que Navas confía al cien por cien. Ello no lo exime de responsabilidad a la hora de tomar decisiones, ni mucho menos, pero Navas es muy peculiar. Él juega y los demás deciden. Hasta que la bola se ha hecho demasiado grande.

Viendo que el Sevilla iba al ralentí y que un contrato muy a la baja venía de camino, sus agentes y familia cumplieron con su trabajo y amarraron un buen contrato en lo económico para el jugador. Todo para nada, pues en el interior de Navas estaba la idea de no irse. A estas alturas, tampoco prioriza el dinero. Aun así, estalló la bomba. Una vez conocida la noticia, se informó en diversos medios de que la decisión del jugador ya estaba tomada de hace tiempo. También que detrás de este movimiento había un gran contrato... Comunicado al canto del jugador muy duro. Comunicado feo y que enfadó al club, pues Navas sabía que el Sevilla lo iba a llamar a final de temporada para negociar.

Todo el que medio conozca a Navas sabe que ese comunicado no es de él, aunque lleve su firma, pero obligó al club a responder. Dentro de que era una rueda de prensa en la que sólo se podía perder o perder, el presidente, Del Nido Carrasco, no salió mal parado. Durante la mañana del sábado, Navas ya estaba histérico, preguntándose en qué lío se había metido. Ahí sí decidió coger las riendas y cortar este colosal disparate. "Si hablamos él y yo, lo arreglamos en un minuto", avisó Del Nido Carrasco.

Dicho y hecho. Navas y el presidente, los dos solos, hablaron en el despacho y ahí el jugador se derrumbó, dejando claro que lo único que desea es retirarse en el Sevilla y que de ningún modo se iba a arriesgar a quedar como un pesetero. Eso, bajo ningún concepto. Como prueba, su idea de no cobrar. El club le dejó claro que ello no es posible por la legislación laboral.

Se abre un horizonte nuevo para el jugador, ya con su retirada muy próxima. Navas lo está pasando mal. Coquetear con el descenso lo tiene hundido. Su cadera protesta ya demasiado para el fútbol de alto nivel. Tras los partidos, se queda KO. Empujará hasta diciembre como acostumbra y cuando llegue esa fecha... Se apaga un fuego que nunca debió arder. El club seguirá con sus líos, pero al menos esta polémica ha terminado. El próximo futuro a tratar será el de Sergio Ramos, al que no le ha gustado nada cómo su amigo del alma ha llevado este asunto. Así se lo ha hecho saber. Hubiera sorprendido mucho ver a Navas en Arabia y a Sergio otra temporada más en Nervión... Tengan por seguro que el camero lo hará de otro modo.