Y Carlos Marchena...

Vía de Escape

Paco Cepeda 04/06/2017

Mi compañero y amigo José Antonio Jiménez nos avisaba a mitad de la semana pasada que el equipo de trabajo que había dejado Monchi, en principio renovado al completo, estaba empezando a desmantelarse por las lógicas ofertas que aparecen y porque hay alguno que se ha quedado descolocado por el cambio al más alto nivel de esa estructura. El primero en salir ha sido Dani Salas, poco mediático, pero un peón relevante. Y habrá más salidas. Obviamente, lo suyo sería retener al mayor número posible de hombres que han funcionado, pero en cualquier caso, también habría que traer gente de 'fuera'. Y yo tengo un nombre, es mío, de nadie más, y me cuesta decirlo porque es como si recomendase a alguien, muy feo en el mundo del periodismo, bajo mi punto de vista. Y llevo semanas sin expresarlo porque me despierta dudas precisamente por esa razón. Pero me he hecho mis preguntas sin trampas y lo voy a soltar, porque ningún interés bastardo tengo en el asunto. No tengo su teléfono, no hablo con él, no es ni será fuente de información directa ni indirecta, pero me parece que de todos los hombres que hay alrededor del fútbol, es uno especialmente adecuado para esta coyuntura sevillista. Se trata de Carlos Marchena, por muchos motivos, bajo mi punto de vista, un activo que no se debería perder el Sevilla. Este megacampeón de todo, que cuenta con el respeto de todo el mundo en este negocio, fue el hombre que salvó el primer match ball económico al gran Roberto Alés, éste sí, debilidad mía personal y presidente de presidentes bajo mi modesto punto de vista. El niño Marchena se tuvo que ir a Lisboa medio secuestrado para salvar al Sevilla. Con el dinero de su traspaso se empezó a gestar esta obra que Del Nido le dio la vuelta de tuerca adecuada y que Pepe Castro está rematando de forma tan brillante ahora. Pero eso es pasado, a Marchena no le fue mal finalmente y aunque pocos se lo han agradecido, es la pura verdad de lo ocurrido y tampoco veo motivo para no contarlo. Me consta que Roberto Alés tiene esa espinita clavada en su corazón. Incluso ha llegado a reconocer Alés públicamente que con el salvación del Sevilla en juego, ahogado por las deudas, le llegó a decir a Marchena en Lisboa algo así: "Si yo fuera tu padre, te montaba en el coche ahora mismo y nos íbamos a Sevilla, sin firmar nada, pero como presidente del Sevilla tengo que hacer todo lo que pueda y más para que te quedes. Lo entiendas o no lo entiendas ahora".

Pero la impresión que tengo sobre el papel que podría desempeñar Marchena en este Sevilla no obedece a esa gratitud por lo hecho en su momento. Es que entiendo que tiene un perfil, en muchas cosas, muy parecido al de Monchi en sus inicios. Una entrevista concedida a Canal Sur Radio hablando de muchos temas deportivos y no deportivos, me despertó el interés en la figura de Marchena, y lo que le he ido siguiendo, a través de los medios y de las opiniones de gente que sí que lo conocen, me han terminado de convencer. Cierto es que no parece zalamero, no maneja como el de San Fernando ciertos códigos, al menos eso creo, pero se ha preparado como el que más, tiene estudios universitarios, mucha penetración en la Federación y en la AFE y sencillamente lo respetan una barbaridad en muchos sitios de España. Me da la espina que puede tener un crecimiento parecido al de Monchi, más allá de acertar un poco más o un poco menos en los fichajes, que como muchas veces he venido defendiendo, no es la principal virtud ni de Monchi ni de su equipo de trabajo ahora en posible desmantelación. Veo a Marchena además respetando a Óscar Arias, aprendiendo a la vez que aportando lo que trae de fuera, de sus exitosas experiencias. Seguro que hay más hombres así, no tengo la menor duda, pero a Marchena, desde fuera, le veo ese potencial claramente. Y por eso lo digo, porque así lo pienso.