Tiquismiquis en lo accesorio y permisivo en lo sustancial

Vía de Escape

Paco Cepeda 18/11/2017

A mí me gusta, o al menos me gustaba antes mucho más, ese espíritu opositor y si me permiten un poco gamberro de Por Nuestro Betis, esa plataforma que concentra un gran número de pequeños accionistas del Betis que no piensan en el poder como tal, sólo en un Betis muy diferente al resto de clubes y que, casi como en el periodismo crítico, siempre está ahí para tocar los costados y no dejar que los dirigentes terminen confundiendo sus intereses con los de una sociedad que no es suya, por mucho que se permitan manejarla con mano de hierro. 

Decir que Por Nuestro Betis es así o 'asao' entiendo que es un gran error, porque son muchos y se manifiestan y autogobiernan de forma relativamente asamblearia, aunque tienen a su presidente que al final representa la postura mayoritaria y que toma decisiones, hay que ser operativos, claro. Pero precisamente esas últimas decisiones, incluso los razonamientos del señor Pepe Tirado, me tienen desconcertados, y mucho. Porque no llego a entender como alguien puede calificar de inmoral el defender un derecho de suscripción preferente y dar por asumible, desde ese punto de vista moral, ni más ni menos que un pacto que pone a salvo penalmente y más ricos a personajes como Lopera pero sobre todo como Luis Oliver, el retrato del más puro estilo 'todo por la pasta'. No quiero profundizar mucho más en ese maldito pacto que defienden sin embargo gente tan sensata y de buena fe como los hermanos Cuéllar y otras como Ángel Haro, quien manifiestamente, y lícitamente, lo que quiere es perpetuarse en el poder. Unos aspiran a un Betis distinto y otros sólo toman buena nota (sic) de cómo hacía las cosas Lopera pero con el barniz de dos o tres universidades extranjeras.

Pero lo que me ha dejado más 'ojiplático' es leer la información que facilita mi amigo Mateo González. No me deja turbado su impecable noticia, me deja 'loco' que Por Nuestro Betis vaya o quiera votar en contra del nombramiento como consejero de Luis Oliver Sierra, el hijo del hombre más transparente del mundo, porque a nadie engaña, es evidente que no es de fiar. Por Nuestro Betis, que respalda el pacto para mí inmoral, se pone sin embargo muy digno en un tema menor dentro de esa infamia. Qué más da que esté unos meses Oliver Sierra en una esquina de un consejo trayendo los cafés y vigilando que a su padre le den la pasta que se le debe, si lo que se aprueba es precisamente que se le dé esa pasta olvidando lo que hizo y ha admitido, que es ni más ni menos que poner el cazo por todo, en cada pequeño o gran movimiento que hizo ese Betis en los meses que lo gobernó. Insisto en que entiendo lo que quieren hacer Haro y Catalán, también por qué defiende ese acuerdo alguien como Adolfo Cuéllar (interpreto que busca el menor mal posible, de buena fe), pero no doy crédito  a que una plataforma de base, tocanarices por definición, esa burguesía vigilante, dé por bueno lo gordo para ponerse tiquismiquis en lo accesorio. Yo no lo entiendo, ¿y usted?