Más allá del puñetero sistema

Vía de Escape

Las reflexiones de Quique Setién tras el empate ante el Girona me tienen altamente preocupado. Hay una cosa y media que me tranquilizan algo. La primera es que esta crisis la va a afrontar Lorenzo Serra Ferrer, que más acertado o menos, es Betis, entiende de Betis y tiene autoridad real para que sus decisiones puedan ser efectivas y respetadas. El crédito nunca es eterno, pero él lo tiene de momento. La media cosita es que el propio Setién dice que no puede contar todo lo que ve y aunque con la boca muy pequeñita, por eso de los códigos de vestuario, sabe también que el equipo necesita refuerzos de consistencia en el mercado de invierno, ya sea para disfrutarlos el propio Setién u otro. Pero todo lo demás es muy preocupante. Porque me da la impresión de que el médico, Setién, no está leyendo bien los análisis del paciente, el Betis. Puede que tenga razón el entrenador en eso de que su sistema, que hoy por hoy tampoco se ve, por cierto, no tiene la culpa de tanto gol encajado y mal resultado. Efectivamente, para que el Éibar te meta cinco y tú ninguno, jugando al ataque o a la defensiva, hay que hacer muchas cosas mal sea con un dibujo u otro, con Setién o con Mourinho. Para encadenar tanto tanto partido sin ganar, tanto mal partido, tanto gol en contra, hay que hacer muchas cosas mal, más allá de un dibujo inapropiado. Seguramente tendrá más que ver con la calidad de la plantilla y sobre todo con la utilización mejor o peor de esos efectivos. 

Y sin discutirle el sistema, porque hoy no lo veo, porque la verdad es que observo que Adán si tiene que dar un patadón o ponerla en largo con la mano y lanzar una contra, lo hace, sin más historias, me quiero centrar en decisiones más allá de los sistemas. Que quede claro que el fondo de su filosofía no se la compro, que sólo me quedo con que quiere ser dominador de los partidos por medio de la pelota, pero ese mensaje estético que usted vende, esa trasnochada discusión de resultadistas contra estetas, hace que el equipo pierda competitividad, que se confunda en dilemas absurdos, cuando en los últimos años, además, este club por muchas cosas no es precisamente el mejor caldo de cultivo posible de la competitividad. Deje ya de decir que le importa más el cómo que el qué, porque baja tensión, se lo aseguro.  Si al 'manque pierda' mal entendido le añadimos el juegue usted bonito que ya llegará el triunfo, pues apañados vamos.

Otro tema que debe cuidar, si así lo cree, es su valoración de los entrenamientos pienso que por encima de la valoración en partidos. Ya dijo hace un tiempo que Nahuel entrena mejor que nadie, y ayer dijo que los jugadores en los entrenamientos interpretan perfectamente lo que se pide de ellos. Pero está claro que ni Nahuel ni el equipo compiten bien. Parece que usted, y eso no me lo quiero creer, no conoce que la competición es una cosa diferente. Por eso, por ejemplo, Nadal gana. A Nadal entrenando lo mismo le ganan muchos, pero compitiendo pocos, en tierra, nadie.  Por favor, hablemos del rendimiento real, del que vemos todos; el que sólo ve usted en un trabajo entre iguales a puerta cerrada, jugando todos a los mismo, no sirve. 

Hablemos también de las decisiones sobre efectivos. En concreto, para no extendernos mucho más y dejar algunas cositas para futuros artículos, que hay que dosificar, como Setién, pero espero que mejor, pues quiero detenerme en Joaquín y Tello, en Nahuel y Narváez. Señor mío, usted que cambia todos los días las alineaciones, usted que quiere dosificar y dosifica casi por castigo, para utilizar a los mejores jugadores pero también a los buenos chicos que entrenan bien y que se merecen su cariño, ¿cuándo va a darle descanso y medicina de banquillo a Joaquín? ¿No lo ve agotado, sin chispa? Joaquín está discutiendo su contrato, con 36 años, un momento sin duda delicado, pero está de banquillo y lo ve un ciego. Le vendría fenomenal además para poder darle más minutos a Tello, que tiene que mejorar, y mucho, muchísimo, pero resulta que el extremo, estando relativamente mal, pues resulta que suma dos goles y tres asistencias en los cuatro últimos partidos que ha disputado. Cifras muy respetables para ser tenidas en cuenta y para que usted se las piense, por favor, cuando ponga por delante a Nahuel o Narváez, cero goles y cero asistencias; o cuando insista en Joaquín, que después de un comienzo de temporada muy bueno (tres goles y una asistencia) ya lleva seis partidos sin aportar en esas dos facetas tan relevantes para un hombre de ataque.  No todo es el sistema. Hay que ver más cosas.