Hipnotizados

Vía de Escape

Paco Cepeda 30/11/2017

Mi querido Pepe Elías me ponía en el camino esta mañana con un gráfico de la evolución del juego del portero del Real Betis desde la jornada uno a la actualidad. Había algún descreído muy cercano a mí con alergia a los mapas de calor que no quería ni comentarlo, pero lo cierto es que el denominado estilo Setién había girado de jugar con el portero en el área chica a embarcar el balón cuantas veces sea necesario. El estéril debate sobre el llamado estilo Setién (como si esto de verdad fuera un estilo) nos tiene hipnotizados, nos oculta la verdad. La realidad es que este equipo que ha planificado Serra y que está moldeando el señor Setién se ha caído a unos niveles que hacen casi buenos a Macía y Torrecilla, a Poyet y a Víctor... Esto es absolutamente insoportable. Un entrenador que insiste en dar minutos a jugadores sin mérito alguno para ponerse la camiseta del Betis, un entrenador que no sabe subsanar el problema más grave de todo el fútbol español a balón parado, un entrenador que pone una alineación que al descanso, perdiendo 2-4, tiene que sentar a un lateral derecho y un interior, para meter a otro lateral a un medio centro. Esa tenía que ser su remodelación no por intentar cambiar nada desde un punto de vista táctico, sino porque los elegidos no se podían mantener en el campo ni un minuto más. Error grave de entrenador, muy grave. Un técnico que no sabe leer que en medio de una crisis, con una competición como la Copa, no podía seguir poniendo plomo en las alas de la una ilusión cortada de raíz con alineaciones de pacotilla. 

Serra a lo mejor no ha estado tan fino como se pensaba. Pero fíjense si es vital su contratación que gracias a su crédito, al paraguas que puede brindar, esto puede que acabe con el cese de un entrenador, que no es poco, pero no deja de ser una decisión de tantas. En otro tiempo, con Haro, Catalán y Alarcón, algo como lo que se ha visto hoy, con un entrenador con ese discurso e inoperancia, se lleva por delante su puesto, el del director deportivo y el del presidente. Así que una vez más, Haro ha acertado en lo extradeportivo, en lo que le mantiene a él mandando en una sociedad que le viene gigante. Pero ni Serra tiene crédito infinito.